Esta es la historia…

Los días previos a la crisis de octubre estuvieron marcados por la ocurrencia de un par de incidentes, uno relacionado con el derribo de un avión espía U-2, más o menos conocido y al que siempre se hace referencia y este, poco conocido y menos mencionado, con un submarino nuclear soviético, que estuvo acosado por barcos americanos cerca de Cuba.

El hecho sucedió a finales de julio. Barcos destructores venían siguiendo a un submarino soviético B-59. Ya muy cerca de nuestras costas, los 11 destructores de EE UU y un portaaviones rodean al submarino soviético y comienzan a tirarle cargas que no podían destruirlo, pero que le indicaban que debía salir a la superficie.

Una de esas cargas explota en la cubierta y le ocasiona determinados daños. Los oficiales soviéticos tenían que decidir si responder o no al ataque. El capitán del submarino, Valentín Savitski, intentó contactar con Moscú, pero no había ninguna línea abierta. En su informe, Vadim Orlov, oficial de inteligencia en el B-59 explica:

(…) Las cargas explotaban cada vez más cerca. El submarino se estaba quedando sin energía ni aire y necesitaba subir a flote pero la tripulación no sabía si los estadounidenses les iban a disparar o no, o si quizás ya había empezado la Tercera Guerra Mundial (…)

(…) el capitán Savitski estaba listo para atacar, así como también lo estaba el oficial político. Savitski, nervioso y seguro de que la guerra ya había empezado, gritaba: “¡Vamos a explotarlos ahora! ¡No vamos a deshonrar a nuestra marina!(…)”.

Tres oficiales tenían que tomar una decisión. Subir, siguiendo las peticiones de los estadounidenses o lanzar los torpedos, incluyendo uno nuclear. Sin embargo, el tercer oficial, el capitán Vasili Arjípov, que estaba a cargo de toda la flotilla, convenció a sus compañeros de que era un decisión demasiado peligrosa y tomó la decisión de no disparar los torpedos nucleares en un momento de máxima tensión.

El B-59 subió a la superficie y pidió a los buques de EE UU que cesasen sus provocaciones. Se le ordenó abandonar las aguas cubanas y a volver a la URSS, junto con otros submarinos. Pero una de las claves fue que la tripulación evitó un choque a gran escala.

Una de las razones por las que el Capitán Savitski hizo caso a su tercer oficial Arjípov, fue por la autoridad que tenía tras largos años de servicio y un episodio por el que se hizo famoso ocurrido un año antes. Un submarino K-19 realizaba ejercicios en el Atlántico norte cuando el reactor nuclear se averió y comenzó a perder líquido refrigerante. La radiación aumentó peligrosamente y la tripulación y varios oficiales entraron en pánico y trataron de rebelarse. Arjípov, que era el primer oficial del K-19 y uno de los pocos que mantenía la calma, con una frialdad asombrosa, fue capaz de organizar una evacuación exitosa, ganándose el respeto entre las tripulaciones de submarinos. Ahora en Cuba, el oficial volvería a hacer gala de ese temperamento.

Este incidente cerca de nuestras costas, condicionó el fracaso de la denominada “Operación Kama”. Consistente en un plan de instalar una base para siete submarinos soviéticos con misiles balísticos en el puerto cubano de Mariel. Ninguno de los submarinos soviéticos llegó a zarpar con destino a Cuba. Igualmente tuvo que ver con el hecho de que fueran descubiertos cuatro submarinos Foxtrot equipados con torpedos nucleares cuando viajaban al Caribe, enviados por Nikita Jrushchov en respuesta a la decisión del presidente John F. Kennedy, de ordenar a la Marina de EE.UU. el bloqueo naval a Cuba.

Toda esta historia se mantuvo clasificada. Arjípov no recibió ningún halago después de que se resolviera la crisis, al menos de manera oficial. El militar continuó sirviendo y llegó a ser vicealmirante en 1981. Después de retirarse vivió tranquilamente con su familia en Moscú.

En el año 2002, se celebra en La Habana una conferencia dedicada al 40 aniversario de la crisis de Octubre, donde participa nuestro Comandante en Jefe Fidel y muchos de aquellos protagonistas, entre ellos, el oficial Orlov, quien reveló los detalles de aquellos sucesos, incluyendo lo cerca que estuvo el desastre nuclear y del papel desempeñado por su camarada Arjípov para evitarlo.

Los conferenciantes estuvieron de acuerdo en que hay personas que aún actuando en silencio y desde el anonimato, fueron capacez, con sus decisiones, de cambiar el destino de la Humanidad.

Thomas Blanton, director del Archivo de Seguridad Nacional de EE UU, comentó en esa ocasión profundamente impresionado: "La lección de todo esto es que un tipo llamado Vasili Arjípov salvó el mundo”.

Pero no pudieron escuchar la opinión de Arjípov. Había muerto cuatro años antes, en 1998, en el más absoluto anonimato.

Ver además:

Crisis de Octubre: Cuba a un paso de una guerra nuclear