El 5 de septiembre quedó refrendado en la historia de Cuba por la gesta heroica del pueblo cubano, acción gloriosa frente a la dictadura sanguinaria de Fulgencio Batista.
Ese día de 1957 se produjo un levantamiento armado liderado por el Movimiento 26 de Julio con oficiales e integrantes de la Marina de Guerra que junto a la población iniciaron en la ciudad de Cienfuegos, una importante acción contra el régimen.
El hecho estaba previsto extenderse a otros territorios, así se concibió el plan organizativo inicial. Era parte de un proyecto en cadena a nivel nacional el cual incluía asaltar el Palacio Presidencial y Estado Mayor de la Marina de Guerra en La Habana, así como varios combates en Santiago de Cuba y alrededores.
Sin embargo, a la ciudad centro-sureña no llego a tiempo la orden de posposición del alzamiento, hubo fallos técnicos y de coordinación que trajeron consigo desconcierto y necesidad de cambiar la fecha. Pero al amanecer de ese glorioso día como estaba acordado con anterioridad, Cienfuegos despertó con un hervidero revolucionario en sus calles.
Julio Camacho Aguilera había sido entonces designado jefe militar de un grupo de oficiales del territorio que tenían previsto tomar la ciudad en pleno, la policía marítima, las estaciones de radio y comunicación y el cuartel de la Guardia Rural, el plan diseminaría la lucha contra los sicarios batistianos.
La Habana que formaba parte del movimiento insurgente sufrió también las consecuencias de lo sucedido con la imprecisión de la información, el aspecto de descoordinación durante los preparativos previos al alzamiento. El Puerto de la capital y destacamentos de la Armada y la Policía en el corazón de la ciudad, junto a otros puntos ubicados entre las localidades de Centro Habana y La Habana Vieja, no pudieron ser tomados, ante lo acontecido, y en la avenida Ayestarán, en el municipio de Cerro, se produjo una férrea persecución de jóvenes que se sumaron a la lista de mártires de la Patria, al resultar entonces, asesinados por efectivos de Batista.
Los participantes en la acción en la capital esperaban también para iniciar la lucha, el repiquetear de las sirenas de fragatas ubicadas en el litoral habanero, ello era el aviso decisivo para los grupos apostados en diferentes puntos del territorio.

Cienfuegos, epicentro del alzamiento, desarrolló la asonada, y altos oficiales de la Marina, liderados por Dionisio San Román, y el movimiento popular mantuvieron unas 24 horas la ciudad, respiró entonces libertad, hasta llegar los refuerzos del régimen de varias provincias, y emprender una feroz represión. Asesinaron a valiosos hijos de ese pueblo que corajudamente enfrentó a los batistianos. Entre los principales dirigentes del 5 de septiembre, además de Julio Camacho Aguilera estuvo Faustino Pérez, y otros destacados revolucionarios que son hoy, símbolos de la Patria.
Y aunque la acción militar no obtuvo el triunfo esperado, las huestes del enemigo estuvieron en jaque durante horas, quedando demostrado la firme determinación del pueblo de vencer a esa ignominiosa dictadura sangrienta impuesta en el país luego del golpe de Estado de 1952.
Fue una embestida popular contra el régimen sin precedentes, y tuvo una significativa repercusión política, en un contexto también de continuidad de la lucha revolucionaria en la Sierra Maestra, liderada por el Comandante en Jefe Fidel Castro y el Ejército Rebelde.
En el discurso por el XX Aniversario del levantamiento en Cienfuegos, Fidel afirmó:
“(…) el hecho del levantamiento de Cienfuegos significó un aliento moral extraordinario para los combatientes de la Sierra Maestra. Ya la tiranía no podía continuar hablando de la unidad de sus fuerzas armadas. Es conveniente señalar que este fenómeno que se produce en Cienfuegos es sumamente interesante, porque indiscutiblemente que la tiranía se mantenía apoyada en las fuerzas armadas…No pudimos mantener entonces el Cayo, no pudimos mantener el Colegio San Lorenzo, ni el Ayuntamiento, ni el parque Martí, ni la ciudad…No lo tomamos entonces, pero lo tomamos después, y lo tiene nuestro pueblo ahora definitivamente y para siempre. Y hoy somos dueños de nuestra Patria, no solo porque supimos conquistarla, sino porque supimos también defenderla digna y heroicamente”.
¡Gloria eterna a los héroes y mártires del 5 de Septiembre!
Otras informaciones:
Hace 65 años, Fidel graduaba el primer contingente de Maestros Voluntarios

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