Una de las gestas gloriosas emprendidas por el Movimiento 26 de Julio frente a la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba, fue la huelga del 9 de abril de 1958. Su propósito era acelerar la caída de la tiranía impulsando un movimiento de masas que paralizara la Isla. 

Miembros de la dirección del Movimiento, que accionaban fundamentalmente en la clandestinidad, ciudades y pueblos, consideraron creadas las condiciones para llevar a cabo la huelga revolucionaria y se decidió ese día para su desarrollo en diferentes puntos del país con el fin de ampliarla por el territorio nacional.  

Foto: Tomada de Prensa Latina

Aunque su principal accionar fue en Sagua La Grande, entonces provincia de Las Villas, en La Habana y otros sitios del país fueron escenario de movilizaciones de trabajadores, jóvenes y población decididos a contribuir a la caída de Batista.

En la Sierra Maestra, donde operaba el Ejército Rebelde bajo la guía del máximo líder Fidel Castro, por esos días se habían producido importantes conquistas, la victoria de Pino del Agua y la creación del Tercer Frente Oriental, y se había valorado por líderes del Movimiento la estrategia de apoyar la lucha armada en las montañas con la Huelga General que podría desencadenar el final de ese abominable régimen.

Se inició la hazaña con amplio despliegue de fuerzas revolucionarias en Sagua, y otros territorios, también en la Capital. Comenzó con trasmisiones radiales que impactaron al pueblo ante el contenido:

 “Atención cubanos es el Movimiento 26 de Julio, llamando a la Huelga General Revolucionaría, Hoy es el día de la libertad. Día de la huelga general revolucionaría. Adelante cubanos, desde este momento se comienza en toda Cuba la lucha final que solo terminará con el derrocamiento de la Dictadura. Obreros, estudiantes, profesionales, patrones, a la huelga general revolucionaría, desde este momento (…)”

Foto: Tomada del Portal del Ciudadano de La Habana

En La Habana conmovió escuchar la voz del combatiente revolucionario Wilfredo Rodríguez Cárdenas, mientras en Santiago de Cuba, el mismo mensaje se reprodujo por la CMKC, en la voz de Noel Pérez. De igual manera para secundar la huelga se convocó a los marinos, policías, soldados, población toda, para salir a las calles y sumarse a la huelga.

Marcelo Fernández Font era entonces el responsable de la coordinación de la lucha clandestina en las ciudades e integró el Comité de Huelga en la capital. Y entre las acciones efectuadas en La Habana se ubican; la voladura de registros de electricidad, actividades en el Puerto, asalto a la Armería, paros, sabotajes, interrupción del tránsito de vehículos, con notable efervescencia popular en localidades como el Cotorro y Guanabacoa. Y de igual manera se concibieron importantes acciones en otras provincias.

Marcelo Salado. Foto: Tomada del Portal del Ciudadano de La Habana

Sin embargo, el objetivo concebido no pudo lograrse, fallaron aspectos esenciales de carácter organizativo y táctico, hubo imprecisiones que afectaron la concatenación de las acciones.

Y como consecuencia de produjo una feroz represión por parte de las huestes batistianas que trajo por consecuencia cientos de muertos y considerable número de heridos, fue asesinado el patriota Marcelo Salado, dirigente del Movimiento y otros heroicos combatientes que participaron valientemente.

Luego del revés de la huelga, el Comandante en Jefe desde la Sierra Maestra y a través de la emisora Rebelde llamaba a preparase para enfrentar la ofensiva devenida de la tiranía, a la vez que expresaba el fracaso de la huelga, señalando:  

“…sobre el montón de cadáveres con que la dictadura ahoga en sangre la huelga no se podrá mantener en el poder ningún gobierno, y que los centenares de jóvenes y obreros asesinados en esos días y la represión sin precedente desatada contra el pueblo, no debilitaba la Revolución, “sino que la hace más fuerte, más necesaria, más invencible”. Y al mismo tiempo aseguraba al pueblo de Cuba que la Sierra Maestra sería una fortaleza invencible y que los rebeldes mantenían el juramento “de que la Patria será libre o morirá hasta el último combatiente”.

La Huelga del 9 de Abril fue un acontecimiento trascendente en la historia de lucha heroica del pueblo cubano, una proeza que mostró el camino necesario para convertir este revés en victoria con el triunfo, meses posteriores, de la Revolución de Enero de 1959.

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