La creación de un Partido Marxista-Leninista en Cuba tiene sus orígenes en la organización política fundada en agosto de 1925 por líderes como Carlos Baliño ( con experiencia en la constitución del Partido Revolucionario Cubano junto a José Martí) y el joven de ideas revolucionarias y comunistas, Julio Antonio Mella.

Sin embargo, ese Partido afrontó serias dificultades y complejidades para sustentarse, muchos de sus afiliados como Mella fueron asesinados, otros perseguidos, detenidos u obligados al exilio. Así mismo por su pensamiento comunista fueron también víctimas de la barbarie, los dirigentes obreros Jesús Menéndez y Aracelio Iglesias, y otros líderes como Lázaro Peña e intelectuales como Juan Marinello y Carlos Rafael Rodríguez vivieron duras etapas de clandestinidad y censura por contribuir a germinar ideas marxistas y de repulsa a gobiernos corruptos y serviles que en su época ostentaron el poder.

El golpe de Estado impuesto por el dictador Fulgencio Batista en 1952 agudizó más la situación política y socio-económica del país, y fue preciso aún en medio de contradicciones que las principales tres fuerzas internas que enfrentaron a ese régimen; el Movimiento 26 de Julio, Directorio Revolucionario y Partido Socialista Popular, luego del triunfo del Primero de Enero de 1959 ante el indiscutible liderazgo del Comandante en Jefe Fidel Castro, propusieran nuevas estrategias de unidad.

De esa manera surgieron primero, en julio de 1961, las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), que existieron hasta el 26 de marzo de 1962, fecha en que fueron disueltas debido al surgimiento de prácticas sectarias que perjudicaron la unión de las fuerzas de la Revolución en torno a un proyecto emancipador, de amplia participación popular.

Ante la delicada situación y el contexto histórico de la década del 60 de la anterior centuria, en un momento, además, plegado de agresiones y amenazas por parte de elementos batistianos, contrarrevolucionarios al servicio de Washington y su Agencia Central de Inteligencia se decidió, por la entonces Dirección Nacional de las ORI, su desintegración, y dar paso a la construcción del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURS) a lo largo y ancho del territorio nacional.

Foto: Ecured

No obstante a la creación del PURS se sostuvo por parte de la organización política una estrecha coordinación de esfuerzos y estrategias para alcanzar su perfeccionamiento basado en principios ideológicos y valores aportados, de forma magistral, por Fidel.

La experiencia de lucha, el prestigio, inteligencia y visión del máximo líder de la Revolución sobre lo impostergable de sostener la unidad trajo consigo que el 3 de octubre de 1965, en trascendental reunión de militantes y dirigentes partidistas, surgiera la propuesta que fue aprobada por los presentes, de crear el Comité Central, Buró Político, Secretariado y las comisiones de trabajo de la organización que se denominaría a partir de entonces, Partido Comunista de Cuba, cambiando de nombre en este trascendental evento en el cual resultó elegido además como Primer Secretario, el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.

Esa decisión validada en ese histórico encuentro tenía el objetivo de cohesionar más todas las fuerzas revolucionarias para poder avanzar en los planes concebidos de transformación radical de las estructuras del sistema neocolonial y dependiente con Estados Unidos y otros capitales foráneos.

Desde entonces, el Partido Comunista de Cuba se propuso mantener un rol fundamental con las masas, su vinculación directa con los intereses del pueblo, siendo la principal fuente de ingreso a la organización, los trabajadores destacados de cada uno de los puestos laborales del país.

El PCC, continuador del PRC de Martí sembró la unidad, siendo además órgano rector de la nueva sociedad en construcción, sin distinción por clase ni raza, y decidido a conquistar, en condiciones muy difíciles aún, mayor justicia y equidad social, legislando para y por el pueblo.

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