Carlos Baliño es de los cubanos que tuvo el importante rol de participar en la fundación del primer Partido Comunista de Cuba en 1925, y al mismo tiempo tuvo el honor de contribuir a la unidad de dos generaciones con un mismo propósito; salvaguardar a la Patria y luchar contra la injusticia representada en la explotación del hombre por el hombre.
Baliño tiene además en su vasta trayectoria al servicio de las causas justas y la independencia de la Isla, el antecedente de haber coincidido con el Héroe Nacional José Martí en la creación del Partido Revolucionario Cubano en 1892, cuando entonces contaba con 43 años.
Nació el 13 de febrero de 1849 en Guanajay y muy joven mostró inquietudes ante los desmanes del colonialismo español que ultrajaban a la nación caribeña, y con el decurso del tiempo fue desarrollando mayor nivel de conciencia sobre la necesidad de luchar por la libertad y profundizó sus ideas emancipadoras hacia la ideología marxista lo cual posibilitó su contribución como periodista, al avance de una prensa obrera que reflejara los intereses de los trabajadores.
Conoce a Martí en Cayo Hueso donde radicó como emigrado algunos años, (luego de precisado a salir de la Isla ante la precaria situación que enfrenó con su familia), y luego en conjunto con el Apóstol, en 1892, redacta las Bases y el Acta de Constitución del PRC y se integra a los preparativos de la nueva organización política orientada a aglutinar las fuerzas de los veteranos de la contienda del 68 con los pinos nuevos.
Despliega además una gran campaña de propaganda con otros revolucionarios a favor del Partido y también continúa su accionar con los obreros tabaqueros, condición que nunca abandonó durante su estancia en los Estados Unidos.
En 1898, luego de la Guerra Hispano- Cubano- Norteamericana y derrota de España, vuelve a la Mayor de las Antillas donde no es aceptado en centros de producción a pesar de su experiencia de trabajo con el sector, y tiene que laborar en pequeñas fabriquitas de tabaco.
No obstante, la madurez política alcanzada en esos años hace que no ceje en su empeño de desarrollar las actividades políticas y de enfrentamiento a las administraciones de turno de la naciente “República mediatizada”.
Organiza el Partido Obrero y luego lo impulsa como Partido Obrero Socialista, escribiendo artículos periodísticos en La Voz Obrera, y para el 1906 participa también en la fundación del Partido Socialista de Cuba, a la vez que fue además miembro de la Agrupación Socialista de La Habana, siendo su presidente en 1910.
Tiene Baliño en su haber también, la reorganización de grupos de activistas en Agrupaciones Comunistas, aproximándose cada vez más por su afinidad política, a Julio Antonio Mella que en 1922 dirigía la Revista Juventud y él era entonces el corrector de pruebas. De ahí que identificados plenamente con su avanzado pensamiento marxista fundan juntos el PCC, en agosto del 1925.
El 18 de junio de 1926 fallece este grande de Cuba, Carlos Baliño, quien mucho tuvo que ver con el conocimiento de las ideas marxistas en la Isla. Su obra a favor de los intereses del proletariado quedó plasmada en la historia además, como legado para las presentes y futuras generaciones de obreros, tabacaleros, estudiantes, y todos aquellos hombres de pensamiento que con su accionar patriota rinden tributo a su imperecedera memoria.
Ver además:
Máximo Gómez, legado solidario e imperecedero de luchador por la independencia de Cuba