La obra del Héroe Nacional de Cuba José Martí trasciende por su esencia humanista, antimperialista y patrióticaEl Apóstol de la independencia de Cuba encarnó los ideales más nobles y justos de un hombre visionario para su tiempo y dedicó su corta, pero fructífera vida, a la lucha por la emancipación del colonialismo español, imperante entonces en la Isla y otras tierras de América.

Con el propósito de organizar y alcanzar la indispensable unión de los veteranos de la gesta del 68 y los pinos nuevos que se sumaban a la planificación de la Guerra Necesaria, (luego del fracaso de la anterior epopeya por motivos de regionalismo, caudillismo y otras problemáticas que incidieron en contradicciones y desunión dentro del Ejército Libertador), Martí fundó en 1892 el Partido Revolucionario Cubano.

Esta novedosa organización política y de integración de las fuerzas insurgentes estaba concebida con carácter multiclasista, apostando a la unidad, con una plataforma programática, estatutos y bases que coadyuvaran a rectorar la contienda frente a las huestes españolas, de forma más eficaz y organizada, y así evitar los errores de la gesta de los Diez Años.

El también Maestro consideró que no podía existir odio de razas, sino compromiso con la dignidad del hombre, y uno de los rasgos distintivos de su obra fue su concepción sobre la discriminación, la cual señaló como de profundo carácter social, más que racial.

A pesar de lo imprescindible de la estrategia político-ideológica desplegada por el Maestro durante toda la etapa preparatoria e inicio de la Guerra de 1895, decide acudir a su encuentro con la Patria y enfrentar al enemigo en la manigua redentora. Y el 19 de mayo en el oriente cubano y lugar conocido por Dos Ríos, muere a causa de la metralla enemiga, el más universal de los cubanos, el apóstol José Martí.

Las ideas de Martí calaron hondo en la Generación del Centenario, su legado estuvo presente también en el desarrollo del Movimiento 26 de Julio y la epopeya del Moncada, el Granma y la Sierra Maestra.

En el Acto Central por el XX Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, el máximo líder de la Revolución cubana, expresó: “Martí nos enseñó su ardiente patriotismo, su amor apasionado a la libertad, la dignidad y el decoro del hombre, su repudio al despotismo y su fe ilimitada en el pueblo. En su prédica revolucionaria estaba el fundamento moral y la legitimidad histórica de nuestra acción armada. Por eso dijimos que él fue el autor intelectual del 26 de Julio.”

Pero su obra y ejemplo están muy vigentes en la Cuba de hoy. Representan un símbolo de lucha para continuar sustentando la plena independencia alcanzada en 1959 ante la política de voracidad del imperialismo yanqui que no ha cesado en su empeño, como previó Martí, de apoderarse de nuestras tierras de América, y la Mayor de las Antillas ha sido siempre una de las históricas apetencias de Washington.

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