Entre las heroicas acciones protagonizadas por la juventud que contempla la historia de Cuba está el asalto al otrora Palacio Presidencial y emisora Radio Reloj acontecido el 13 de marzo de 1957. El propósito esencial del hecho era ajusticiar al tirano Fulgencio Batista, (responsable de la entonces feroz represión y el asesinato de miles de cubanos), y a la vez convocar al pueblo a sumarse a la lucha contra el sanguinario régimen para impulsar el triunfo revolucionario.
Participan en esta gesta en Palacio dos automóviles con combatientes y un camión de reparto de mercancías que tenía un letrero que decía “Fast Delivery”, unos 50 aguerridos jóvenes que se dirigieron al interior del recinto plegado de guardias batistianos. Confiaban en el factor sorpresa, pero el inicio de los disparos a los minutos de la acción alertó al dictador, quien escapó de su madriguera.
El máximo líder José Antonio Echeverría, quien estaba al frente del Directorio Revolucionario (DR) y contaba con el respeto y admiración de sus compañeros de lucha en la Universidad de La Habana, estuvo encomendado a la toma de Radio Reloj. El DR concebía necesario orquestar una operación que contribuyera a desarticular la dictadura, e incluía además atrincherarse en la Universidad y desplazarse a otros lugares de la ciudad entre los que se previó el Cuartel Maestre de la Policía para ocupar sus armas y otras estaciones y cuarteles de los gendarmes en zonas de la capital.

La batalla dentro de Palacio fue cruenta, y no fue posible alcanzar el fin de la acción, decenas de abnegados compatriotas ofrendaron sus vidas, entre éstos José Antonio, quien luego de irrumpir en Radio Reloj y ofrecer su Proclama al Pueblo de Cuba, alocución en la cual convocó a sumarse a la lucha y anunció la caída del tirano ( suceso que creyó consumado según el plan, pero Batista logró huir). Entonces, luego de unos minutos las palabras del líder del DR fueron interrumpidas al sacar la emisora del aire.
Al salir de la emisora camino a la Casa de Altos Estudios como estaba previsto, Echeverría fue asesinado por
casquitos batistianos frente a un costado de la Universidad, lugar que de haber llegado podría haber sido
protegido, y salvar la vida para continuar la lucha como había decidido, hasta alcanzar la plena independencia.
Alrededor de veinte heroicos combatientes murieron en la acción, otros fueron vilmente perseguidos y asesinados como los mártires de Humboldt 7, otro acto sangrientos y vil protagonizado por la dictadura de Fulgencio Batista y esbirros a su servicio.
Echeverría consideraba importante aplicar la estrategia de golpear arriba para lograr decapitar a ese sistema impuesto con golpismo y violencia, y al mismo tiempo lo veía como la posibilidad de colaborar con la insurgencia dirigida por el Comandante en Jefe Fidel Castro que tenía su frente de combate en la Sierra Maestra.
Los principales elementos que incidieron en que no triunfase la corajuda acción fueron; la no llegada del
refuerzo convenido, la superioridad en efectivos y armas de la guarnición del Palacio y la huída de Batista. Esto último definió el fracaso de la operación.
Sin embargo, el hecho tuvo una significativa trascendencia ante el pueblo de Cuba que constató cómo existían jóvenes decididos a vencer o morir por la libertad y también con voluntad de rendir homenaje al apóstol José Martí y a sus ideas, ante tanta miseria, represión e infamia impuesta por el tirano a la nación.
Uno de los dirigentes participantes en esa embestida contra el entonces régimen de turno fue Faure Chomón, quien al referirse al acontecimento en Palacio, expresó: “El ataque a Palacio fue el heroísmo de dos generaciones abrazadas en una misma acción: La nuestra y la del 30, igual que los hombres del 68 y el 95 que se unieron en el combate por la independencia de Cuba. Con el levantamiento del 13 de marzo cumplíamos, según entendimos nosotros, con el compromiso de José Antonio con Fidel".
El pueblo de Cuba rinde merecido tributo a los héroes y mártires de esa hazaña que ha quedado por siempre en la memoria de millones de cubanos. El sacrificio de los jóvenes de esta generación no fue en vano, están presente en cada proyecto de justicia social y plena emancipación erigidos luego del triunfo de la Revolución y que dignifican a la Patria y a todos los caídos en su defensa.
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