La historia de Cuba está estrechamente vinculada al quehacer de gigantes hombres, titanes, esos que no cejan jamás en el empeño de luchar por conquistar la Independencia de la Patria. El apóstol José Martí fue de los más notables, y cual mayor incidencia y responsabilidad tuvo en el proceso revolucionario cubano erigido en 1959.

El máximo líder Fidel Castro en el Acto Central por el XX Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, expresó:
“Martí nos enseñó su ardiente patriotismo, su amor apasionado a la libertad, la dignidad y el decoro del hombre, su repudio al despotismo y su fe ilimitada en el pueblo. En su prédica revolucionaria estaba el fundamento moral y la legitimidad histórica de nuestra acción armada. Por eso dijimos que él fue el autor intelectual del 26 de Julio.”

En el Maestro se conjugaron múltiples atributos que lo hacen el más universal de los cubanos. Sus vastos conocimientos como filósofo, pedagogo, periodista, ensayista, diplomático, poeta, y traductor, más su profundo pensamiento político y humanista le hicieron acreedor de esa consideración.

Escribió para numerosos periódicos y revistas hispanoamericanas y de EE.UU.; crónicas, reportajes, críticas de arte, además de emplear otros géneros periodísticos y literarios que contribuyeron al conocimiento de su fecunda obra, a pesar del breve paso por la vida, tempranamente truncada.

Sin embargo, Martí trascendió a su época por el valor de su ideario ético y revolucionario, demostró además su admiración por el Libertador Simón Bolívar y por Nuestra América, citando: ″De América soy hijo, a ella me debo″.

Martí, había nacido en el seno de un hogar humilde el 28 de enero de 1853 en la calle de Paula, en La Habana, y era el hijo varón de Leonor Pérez y Mariano Martí, quienes crearon una numerosa familia de ocho hijos.

Pero en el contexto histórico que le correspondió vivir comprendió desde muy joven, aún adolescente, la necesidad de transformar la realidad del país, sumido en el vasallaje del colonialismo español. Y por sus principios de justicia social y humanidad frente a la ignominia estuvo encarcelado con grilletes, y obligado al destierro.

Los desmanes y dolores que sufrió impregnaron en él mayor voluntad de lucha y condena contra los invasores de su tierra. Se incorporó activamente a la guerra por la independencia de la Patria y como genial estratega político consideró imprescindible lograr la unidad entre los veteranos de la contienda del 1868 y los pinos nuevos por lo que coadyuvó a esa cohesión fundando el Partido Revolucionario Cubano -P.R.C.-, logrando la unión requerida que fue pilar decisivo en la organización de la gesta del 95, a la cual dedicó todo su esfuerzo y vasta fuente de conocimientos.

Vea también:

Ejemplo martiano guía y convoca a la juventud cubana