Julio Antonio Mella, líder del movimiento estudiantil, creador de la Universidad Popular José Martí y fundador de la Liga Antimperialista y del Primer Partido Comunista de Cuba en la década de los años 20 del pasado siglo,fue asesinado en México el 10 de enero de 1929 por orden del dictador Gerardo Machado, el cual no cejó en el empeño de frustrar la corta, pero muy fecunda vida del joven revolucionario.

Mella, el también artífice de la Federación de Estudiantes Universitarios, organización que surgió el 20 de diciembre de 1922 y en la que tuvo un rol protagónico fue expulsado de la Universidad de La Habana por sus actividades de rebeldía ante los desmanes y la corrupción existente en la Casa de Altos Estudios. Detenido por sus acciones de enfrentamiento y denuncia a los sicarios de turno, se declara en huelga de hambre por tiempo indefinido, deteriorándose considerablemente su salud.

Ante la presión popular sale de presidido y es precisado a exiliarse en México, territorio desde donde se vincula al movimiento revolucionario de la región e internacional, ocupando importantes responsabilidades. Con el propósito de aglutinar fuerzas contra el colonialismo y el naciente y en desarrollo imperialismo, participó en 1927 en el Congreso Mundial que tuvo lugar en Bruselas, Europa.

Mella demostró el valor e integridad de la juventud cubana, con solo 22 años estaba inmerso en la lucha contra los opresores de su pueblo y trató de unir a los obreros y estudiantes en ese noble propósito de salvar la Patria.

Durante su exilio en la tierra azteca conoció a la fotógrafa y también luchadora de origen italiano, Tina Modotti, y estrechó relaciones con la joven hasta el momento de su asesinato la noche del día 10 de enero de 1929. En plena calle de la ciudad mexicana, ultimado a balazos y a traición por la espalda, lacayos al servicio de la tiranía machadista pusieron fin a su fructífera vida.

Su muerte conmocionó a los compatriotas en la Isla, pero a la vez contribuyó a impulsar la batalla frente a la tiranía. Tiempo antes Mella había vaticinado el actuar cobarde del dictador Machado en su contra.
Sus cenizas fueron trasladadas a La Habana en septiembre de 1933, etapa de convulsión social y política contra el régimen. Y en 1975 con la Revolución Cubana fueron ubicadas en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, hasta que en el aniversario de su muerte en enero de 1976 se depositaron en el Monumento de homenaje a su memoria situado frente a la escalinata universitaria.

En el acto central por el aniversario 50 de la creación del Primer Partido Marxista Leninista de Cuba creado por Mella y Carlos Baliño, el Comandante en Jefe Fidel Castro, al abordar la obra del joven patriota señaló:
“Mella se ve obligado a abandonar el país meses después de su histórica huelga de hambre. Pero su extraordinaria personalidad, sus ideas y su combatividad atemorizaban demasiado al imperialismo yanqui, a la oligarquía al servicio de ese imperialismo y a la tiranía machadista; no pararon hasta instrumentar la conjura que culminó en el cobarde asesinato del 10 de enero de 1929. Troncharon aquel talento extraordinario, aquella vida fecunda, en la flor de su existencia”.

Hoy Mella es símbolo de los jóvenes cubanos que siguen su legado en defensa de la soberanía de la Patria y contra el colonialismo e imperialismo que aún en esta centuria de civilización humana continúa expoliando naciones e intentando quebrantar independencias.

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