Hace 178 años nacía el Titán de Bronce, Antonio Maceo, en Santiago de Cuba. Uno de los más destacados próceres independistas, quien desde los estratos más humildes se convirtió en símbolo para todo un pueblo. Venerado durante generaciones, es la máxima muestra de valor que puede tener un país, la perfecta unidad de medida del coraje.
Y a la altura de la figura, tiene su monumento en La Habana. Inaugurado el 20 de mayo de 1916 por el Presidente Mario García Menocal y otros ilustres veteranos de la Guerra Necesaria, ocupa el espacio en el que durante años estuvo la Batería de la Reina o San Lázaro, de la cual se puede ver un torreón aún.
En 1912 se abrió una convocatoria pública para la presentación de propuestas de monumentos al general mambí. Salió como ganadora la propuesta del escultor italiano Doménico Boni, aunque no fue exactamente lo que se construyó (en la idea original Maceo estaba erguido sobre bayonetas que lo rodeaban). Este destacado artista falleció en esta ciudad cuando trabajaba en los bocetos de un monumento a José Martí, y como nota curiosa, su cortejo fúnebre, costeado por José Miró Argenter (quien escuchara las últimas palabras de Maceo) se detuvo en la estatua que diseñó.
El conjunto monumental fue construido en granito y bronce. En los ángulos de las bases están representadas las virtudes Acción, Pensamiento, Justicia y Ley, esenciales para entender la figura del Titán de Bronce. En la parte frontal aparece la madre los Maceo, Mariana Grajales, en el acto de hacer jurar a sus hijos fidelidad a la Patria. Están representados, además, cuatro pasajes trascendentales de la vida del Héroe de Peralejo: Mangos de Mejía, la Protesta de Baraguá, Cacarajícara y La Indiana.
En un principio no era como luce actualmente, pues el parque sufrió desatenciones desde un inicio, y elementos decorativos afeaban más que lo que engrandecían el conjunto. Diversos intentos se hicieron por mejorar el espacio, `pero no es hasta 1960 que, ya triunfada la Revolución, se mejora sustancialmente.
Posteriormente ha sido objeto de mejoras y restauraciones, incluyendo una hace tan reciente como 2022.
El parque y el monumento a Maceo que él acoge, son el homenaje de esta ciudad a uno de los más ilustres cubanos. A una vera de la avenida del Malecón y frente a su icónico muro, es sitio de referencia y reunión. Ojalá cada transeúnte, viajero de paso o simple caminante que descansa a los pies del monumento, se detuviera un segundo a pensar en el héroe, porque aun siendo este una bella obra, el más grande homenaje es la recordación permanente del ejemplo de Antonio Maceo.
Ver además:
Bella historia la que encierra este monumento y el parque que lo acoge. Ambos fueron objeto de especial atención del historiador de la ciudad, el Dr. Eusebio Leal Spengler. No creo que el estaría de acuerdo en ver como en las bases marmóreas del monumento se sientan algunos ciudadanos inescrupulosos a beber alcohol e incluso a hacer necesidades fisiológicas. Esto último también se puede ver en el monumento a Julio A. Mella y en otros de la ciudad. Creo que el gobierno de la ciudad y la Comisión Nacional de Monumentos deben tomar medidas drásticas para con estos ciudadanos, porsue son inadmisibles estás actitudes. Yo propongo que se cree un cuerpo de Agentes de Protección del Hornato Publico que vele por la integridad de estos sitios y pueda imponer sanciones a estas contravenciones, que son necesarias para contribuir a educar con mano dura.