Cierta vez se dijo que nuestros héroes no estaban olvidados ni muertos, por eso es preciso recordarlos cada tanto, para que sirvan de ejemplo. Este 9 de abril se conmemoró el aniversario 64 de la Huelga Revolucionaria, hecho con gran repercusión dentro de la última etapa de la Guerra de Liberación.
Dentro de la tradición revolucionaria cubana se inscribían dos vertientes fundamentales, una insurreccional, y otra que propugnaba que el golpe final a la tiranía debía ser asestado por una huelga general, como había ocurrido para defenestrar a Gerardo Machado. Así es que, tras un llamamiento a la unidad por parte de la máxima dirección del Movimiento 26 de Julio, se convocó a que, llegado el momento, todos los sectores se incorporaran a la huelga.
Justo a las once de la mañana del 9 de abril de 1958, sin previo aviso, varias emisoras radiales comenzaron a pasar las notas del Himno Invasor, haciendo un llamado a la Huelga General Revolucionaria.
Las acciones se sucedieron en todo el país. En oriente fuerzas de René Ramos Latour atacaron el Cuartel de Boniato, y en toda la provincia la acción coordinada de la guerrilla y las fuerzas de la clandestinidad lograron una paralización parcial del territorio. En Camagüey, Santa Clara y Matanzas, como en otras localidades, se combatió fuerte, destacándose Sagua la Grande, epicentro de la Huelga y que logró ser tomada por 24 horas. Y aunque para mediados de la tarde ya se avizoraba el fracaso y comenzaba la represión, la Huelga constituyó un clavo más en el ataúd de la tiranía, que habría de ser enterrada el 1ro. de enero de 1959.
En La Habana también se sucedieron algunas de las acciones más destacadas del día. Quizá el hecho más recordado es el asalto a la Armería en La Habana Vieja, recreado artísticamente en el filme Clandestinos. En esta acción cayeron Carlos Astiazaraín Turró, Marcelo Muñoz Zamora, Roberto Casals Fernández del Cueto y Reinaldo Aulet Rodríguez del Rey, en desigual combate contra la policía, en las calles de La Habana.
También Jorge Mato Ramos, Noel Hernández y Vicente Chávez fueron capturados ese día, y sus cuerpos encontrados más tarde con signos evidentes de torturas. Entre los caídos destaca Marcelo Salado, de solo 30 años. Delatado mientras estaba en G y 25, donde radicaba la dirección del paro, fue ametrallado. Su cuerpo estuvo retenido hasta el día 10, que fue entregado a sus familiares. La Habana aportó 23 jóvenes al martirologio de la libertad.
Por toda la capital se sucedieron acciones de sabotaje, siendo Guanabacoa y el Cotorro donde más se sintieron. Pero no bastó para golpear en el corazón a la dictadura, que desató su fuerza represiva por toda la ciudad.
Luego del fracaso de la Huelga General, las fuerzas revolucionarias se reagruparon, concentrando en la fi gura de Fidel Castro la dirección del movimiento y radicando en la Sierra Maestra la fuerza principal de la lucha. Después de la ofensiva de la tiranía, esta reorganización permitió pasar al ataque y dar la estocada final.
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