En una fría noche de diciembre, cuando hacíamos un alto en la cabalgata desde Nueva Paz al Mariel, para evocar la trayectoria seguida por el Mayor General Antonio Maceo y Grajales, durante la invasión de Oriente a Occidente, tuvimos el privilegio de escuchar un relato (por entonces inédito) del Comandante de la Revolución Guillermo García Frías. Nos hablaba de su trascendental encuentro con Celia Sánchez Manduley, la heroína de la Sierra y la clandestinidad.

En sus ojos resultaba visible la admiración por aquella combatiente que cambiaría por siempre sus vidas: “Fidel está al venir”, les dijo Celia a los hombres, entre los cuales se encontraba, la orden de crear un punto de referencia en la costa que pudiera guiar a los expedicionarios del Granma hacia tierra firme…
Las anécdotas resultan infinitas cuando se habla de Celia. Su capacidad de acompañar a Fidel, en los duros rigores de la lucha en condiciones de campaña, en la Sierra Maestra, su condición de ayudante personal del Comandante en Jefe y primera mujer incorporada al Ejército Rebelde, la tarea de compilar hasta el mínimo papelito escrito por los jefes y guerrilleros, que fundamentaron la base del valioso archivo de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado (1964), con el propósito de salvaguardar la memoria histórica de la última etapa de la lucha insurreccional donde se conservan miles de fotografías y documentos.

El nombre de Celia evoca a la madrina de niños y niñas que se trajo consigo a La Habana para educarlos en servir bien a la Patria. De sus exigencias pueden contar muchos de ellos, protagonistas de una formación revolucionaria que les trasciende a sus hijos y nietos. De las cartas escritas con la caligrafía imprecisa de cientos de personas que requerían mejorar sus condiciones de vida, de su respuesta a cada caso, la búsqueda de soluciones que evitaban trabas burocráticas y dilaciones durante la gestión necesaria, su labor incansable desde su puesto de secretaria de la Presidencia del Consejo de Ministros de Cuba y después Ministra de la Presidencia.
Miembro del Comité Central del Partido y Diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular. El 11 de enero de 1980, dejó una huella imperecedera en los corazones, por toda la Isla…, y aún suele verse cuando miramos nuestra flor nacional, como si nos abrazara con una sonrisa.

