Desde hace más de un mes, me encuentro envuelta en el célebre y cautivante torbellino de realizar trámites legales, razones muy sencillas me han hecho visitar varias oficinas del Carné de Identidad, Registro Civil, además de practicarme en el arte de la compra de sellos virtuales, una odisea sencillamente, muy asequible para la juventud, no para las personas de la tercera, cuarta y hasta quinta edad, que he podido ver en lo mismo que yo.

En todas estas visitas he tenido que conocer de la labor en estas oficinas, que además de titánica, se realiza en muy difíciles condiciones laborales y más difíciles resultan para el público que espera su resultado.

En medio de todo, ya de mi municipio me conozco a los trabajadores, registradoras, archiveros, y demás, pero debo reconocer en medio del caos, la atención personalizada que utiliza la compañera Zoila Zoimit Morales Labrada, registradora del municipio Cerro, donde no he encontrado grandes obstáculos como en otros visitados.

La compañera al frente de dicho Registro, que se encuentra en medio de una remodelación sin cerrar al público, a las 8:00 a.m. todos los días da una explicación pormenorizada de cómo deben efectuarse los diferentes trámites, las distintas colas que deben hacerse según lo que se solicita y si queda alguna persona con dificultad la atiende personalmente.

Yo no he resuelto pero espero poder hacerlo pronto, lo que no podía quedarme sin resaltar algo bueno dentro del laberinto.

(Tomado del perfil en Facebook de María Elena Diosdado Salces)

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