Rosmery Durán he llorado contigo, de amor, de orgullo, de fe en mi tierra....
La solidaridad y el amor mueven montañas y libran batallas contra la muerte en nuestros hospitales día a día.
Esta es la historia del bebé de Rosmery Durán, paciente del Hospital Docente Ginecobstétrico "Ramón González Coro", que a solo horas de dar a luz sufrió la peor pesadilla de una madre, su pequeño se puso intensamente amarillo por desarrollar una hemólisis grave que le llevó a la terapia con peligro inminente para su vida, una complicación del Conflicto RH en un recién nacido con un tipo sanguíneo muy raro (parecido a lo que vive Paloma con su hija en la novela Suerte de vivir) hacía un rechazo agudo a la sangre.
Un evento que ocurre en menos del 1% de los neonatos y que en su caso coincidía con una variedad de sangre dificilísima de encontrar, solo dos mujeres en Santiago de Cuba contaban con este tipo de sangre, y desde allá y sin escatimar esfuerzos para que llegara a fluir en las arterias y venas del bebito lo antes posible llegó la vida, roja, rutilante, fresca, invaluable.
Otra vez la esperanza y la alegría inundó el rostro de los padres, un color rosado y unos labios rojos volvieron al principito y el alivio y la fe regresaron a las manos y corazones de los galenos y especialistas que atendieron el caso.
Vuelve el amor a unir a Cuba, desde el Oriente llegó la vida para latir desde las venas de una hermosa mulata cubana hasta el corazoncito de un hijo de La Habana De Todos, porque SOMOS UNA SOLA CUBA, y solo el amor engendra la maravilla.

(Tomado del perfil en Facebook de Naila Ayrado Rivero)
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Que bello gesto, esas cosas, solo los cubanos las hacemos. Tenemos la virtud de cogernos los problemas de los demás para nosotros.Que alegría que se salvó el bebé. Muchas gracias y bendiciones para las donantes
Así , somos de incondicionales, eso es Cuba y los cubanos...saludos
Excelente ejemplo de solidaridad.
Debe ser divulgado por todas las vías posibles. Ese gesto no se compra en mercado alguno. Se cultiva en una sociedad como la nuestra
Primero lloré y después me sentí orgullosa de vivir en Cuba y de la solidaridad de su pueblo. Las gracias a esas mujeres que no dudaron en donar su sangre. un abrazo a todos los que participaron para salvar al bebé.