El próximo día 11 hará tres años de que tuvimos el primer caso de COVID en Cuba. Aún la enfermedad está con nosotros, ayer hubo 6 casos, pero ya no hablamos de ella. Fue un tiempo terrible donde muchas personas murieron o quedaron con secuelas. La economía se resintió y aún perdura la crisis.
Uno siempre trata de olvidar los momentos tristes, es una manera de protegernos del dolor, pero no todo fue negativo. Otra pandemia se volcó contra nosotros, la del odio y la venganza. Nos tiraron a matar, pero aquí estamos en la pelea. Ese tiempo también derrumbó mitos: salimos con nuestros propios esfuerzos ¿Se acuerdan cuando decían que nuestra sobrevivencia era por la ayuda soviética o venezolana? Aquí llegamos sin ayuda de nadie, pero ayudando a otros.
Eso es fortaleza, eso es orgullo, aunque a veces los tiempos depriman. No estamos de pie todavía, vamos levantándonos, pero tampoco estuvimos nunca de rodillas.
(Tomado del perfil en Facebook de Antonio Rodríguez Salvador)
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De la misma forma deberíamos hacer en todos los sectores de la economía donde tenemos potencial. por ejemplo: la agricultura. Cuba un país donde casi todo se puede sembrar, no es posible que no hayan suficientes productos y otros han desaparecido, por tanto los mercados agropecuarios hacen gala de imponer esos precios desorbitantes. Cuba un país que fue eminentemente azucarero, hoy no tenga producción de azúcar? Tenemos que aprender a producir nuestros propios recursos y eliminar totalmente de nosotros la mente importadora y dependiente de otras regiones. Cuba un país, rodeado totalmente de agua, su población no accede a los productos del mar? es casi una burla. Tenemos que lograr con el mismo pensamiento con que vencimos la COVID y nos hicimos acreedores de nuestras propias vacunas, tenemos que innovar, reciclar y poner a producir todo aquello que pueda ser con nuestras propias manos, potencial e intelecto, nos sobra.