Hoy caminé por la calle 23 del Vedado en La Habana, con muchos deseos de sentir el contacto con la gente. Hice compras, tome frozzen y hasta almorcé por 150 pesos en una fondita particular llamada Los Morenos.

Me sentí bien, hice una pequeña cola para acceder a un cajero, la gente muy amable, pude ver cómo ayudaban a una señora a retirar efectivo de su tarjeta y hasta un billete regalé al pasar al lado de un hombre con aspectos del caballero de París que me pidió ayuda.

Pero de todo, lo que más me impresionó, fue que a alguien en plena calle 23 le dio por botar el sofá. Aquí les dejo la foto y no sé los motivos pero, señores con tantas situaciones adversas que nos ocurren a diario, no nos puede dar por botar el sofá. Un abrazo de lunes.

(Tomado del perfil en Facebook de Onoides Díaz Hernández)

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