El calvario que enfrentan a diario las personas que viajan hacia el occidente del país utilizando transporte de la Empresa de Ómnibus nacionales es una falta de respeto a las más elementales normas del servicio público.

Los viajeros ven con impotencia como su tiempo se malgasta y además se preguntan si las medidas de ahorro a que convoca el Estado son únicamente para el pueblo y no para sus empresas.

Los peregrinos que reservan su pasaje en regla para viajar hacia Pinar del Río y regiones aledañas llegan a tiempo a la terminal. Abordan su ómnibus que sale a tiempo hacia su destino, y cuando el ómnibus llega a la rotonda de la ciudad deportiva, en vez de seguir la Avenida de Rancho Boyeros buscando la autopista nacional, gira hacia la Vía Blanca en busca de la llamada terminal de Villanueva en La Habana Vieja, donde aguardan las personas que marcaron en la lista de fallos de este destino.

Desde la ciudad deportiva hasta la referida terminal, el ómnibus debe recorrer aproximadamente 4,6 kilómetros para ir, y la misma distancia para regresar. En ese tramo se enfrenta a cinco semáforos y un cruce a nivel, en la ida y e igual cantidad en el regreso.

Son vías peligrosas, llena de equipos pesados que ponen en peligro a los pasajeros y al ómnibus.

A lo anterior se suma que cuando llegas a Villa Nueva debes esperar que las personas que alcanzan su pasaje por la lista de fallos aborden el ómnibus y esto pueden durar hasta 45 minutos, porque allí también se brinda el servicio a las pasajeros que van hacia las provincias centrales y orientales, y debes esperar a que despachen los ómnibus que llegaron primero.

Esa ha sido mi experiencia.

Durante ese tiempo las personas con reservación permanecen en el ómnibus que mantiene su motor encendido y su aire acondicionado funcionando.

Fuentes especializadas refieren que el gasto total de petróleo por ese recorrido innecesario supera los tres litros por viaje. Si diariamente hay seis viajes para Pinar del Río, se gastan alrededor más de 18 litros diarios, que un mes ascienden a 540 que multiplicados por los 12 meses del año suman 6 480 litros de petróleo.

Como se observa, este gasto no se refiere a los lubricantes y neumáticos que también escasean y son muy caros.

Si no hay combustibles, ni lubricantes, ni neumáticos, y cuando aparecen, cada día son más caros. ¿Cómo es posible que a nadie se le ocurra que eso es un gasto innecesario, y modifique esa medida?

¿Quién o quienes están facultados para que un viaje que dura aproximadamente 2 horas con 25 minutos, se transforme en otro que puede durar tres o más horas?

Lo más importante para una persona es estar vivo y saludable… Y seguidamente lo que hace con su tiempo

¿Quién es el encargado de respetar el tiempo de las personas, que a fin de cuentas es su vida?

Para entender mejor lo ineficientes de estas medidas les propongo revisar un poco la historia.

La terminal de Ómnibus de La Habana se inauguró hace más de 70 años y su principal objetivo fue servir de origen y destino a todas las rutas de ómnibus interprovinciales del país. En su momento estuvo entre las modernas y mejor equipadas del mundo. Se inauguró el 29 de junio del año 1951, con un viaje de la línea La Habana Cienfuegos.

A partir de ese día, se ofreció a los pasajeros un mejor servicio. La salida y entrada de los ómnibus se ofrecía en un lugar, amplio, ventilado céntrico, higiénico y equidistante de los principales barrios y repartos de la capital. Este centro contribuyó a la descongestión del tránsito, proporcionó mayor comodidad y seguridad al viajero que ya no debía esperar en lugares inadecuados diseminados por la ciudad.

Otra ventaja para quienes venían desde cualquier lugar de Cuba, era que, al llegar aquí, sin salir del edificio podías gestionar pasajes, alimentarte, asearte y esperar por el ómnibus deseado para continuar viaje
Costó casi tres millones de pesos y su diseño permitiría el tráfico diario de aproximadamente 45 MIL PASAJEROS Y MIL 500 ÓMNIBUS.

No es necesario aclarar que el flujo de ómnibus y pasajeros que pasan hoy por la terminal de Ómnibus Nacionales es mucho menor que las cifras enunciadas arriba.

Hasta hoy las condiciones físico ambientales del edificio no han cambiado mucho porque su construcción es sólida, bien diseñada. Pero el servicio que se presta deja mucho que desear y las últimas medidas lo han empeorado.

A alguien se le ocurrió trasladar el servicio de listas de espera para la llamada terminal de Villanueva, ubicada en el municipio Habana Vieja, un antiguo almacén adaptado, con muy mal gusto, como terminal de ómnibus y taxis para quienes utilizaban los camiones que transportan personas hacia el centro y oriente del país.

Primero fueron las listas de espera de quienes se dirigían al centro y oriente del país. Y después incorporaron a quienes marchan hacia el oeste.

El aspecto que ofrece hoy la Terminal de Ómnibus Nacionales con sus enormes puertas, excepto una,  cerradas, limpia, vacía y toda enrejada  es la prisión de una princesa.

La terminal de Villanueva tiene más bien el aspecto de un campamento de refugiados indocumentados.

Pero esto sería motivo para otro comentario. Lo importante ahora es que los fallos que salen para Pinar del Río y Artemisa salgan de un lugar QUE NO OBLIGUE A  LOS ÓMNIBUS A DESVIARSE  INNECESARIAMENTE DE SU RUTA.

¿Dónde están esos lugares? EN PRIMER LUGAR, EN LA PROPIA TERMINAL DE OMNIBUS NACIONALES QUE ESTÁ TOTALMENTE SUBUTILIZADA... 

Otros lugares que  propongo a quienes deciden son:

1. TULIPAN ESQUINA A ESTANCIA.                                Municipio  de Plaza de la Revolución.

2. AVENIDA 26, FRENTE AL ZOOLOGICO.

3. ANTIGUA TERMINAL DE LA RUTA 35.                        Municipio de Marianao.

4. En el  inicio de la Autopista Habana P. del Río,

Desde donde salen los camiones hacia  esa 

Provincia y hacia artemisa.                                       Municipio de Boyeros.

La calidad del servicio, la economía del país y el sentido común esperan por ustedes.  NO LOS HAGAN ESPERAR.

(Tomado del Facebook de José González Vera)

Ver además:

El carterista