Hay serias limitaciones económicas y los pujantes nuevos actores de la economía garantizan surtidos de calidad, cuyos precios se ven elevados porque deben adquirir en dólares o importar renglones como la leche.
¿Y si facilitamos encadenamientos con quienes producen el lácteo y a medida que crezca la entrega al Estado, se lo ofertamos a menor precio a quienes elaboran el helado?, ¿No estaríamos beneficiando al pueblo, al consumidor, que recibiría una oferta mucho más económica, un poco más ajustada a su bolsillo?
Hay sitios emblemáticos, que son símbolos en la ciudad y a donde acude tradicionalmente la familia. Esos lugares, deben ser protegidos. Pensar en colectivo y actuar como país.
En el Hola Ola, frente al Malecón la idea fue mejor: dieron espacio a las cooperativas privadas, con precios altos, pero también ubicaron el helado hecho por fábricas estatales. Hay variantes para seleccionar, de acuerdo a las posibilidades de cada cliente. A la vez se entabla una fructífera y sana competencia; unos por bajar los costos, el otro por elevar la calidad del servicio.
En estos tiempos, hay que pensar en colectivo y actuar como país. A eso nos llaman nuestros líderes. A eso convoca la vida.

(Tomado del Facebook de Ricardo Gómez)
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Ésto es el resultado del reordenamiento monetario. El gran desastre que han hecho y nadie da la cara. Pero alguien lo dijo. Sálvese quien pueda!.
A este paso nunca podré invitar a mi nieta a comer helado al único lugar que no necesito llegar en guagua, pero con mi jubilación sólo se queda en los deseos, qué pena.
En un país donde nada ni nadie controla pasan esas cosas; penoso pero real
...me acuerdo del viejo pero actual chiste de : 'niño si te portas bien te llevo a Coppelia pa' que veas como los demas comen helado'!!!!