Vamos a comenzar por dejar sentada una verdad de Perogrullo. No hay sistema de distribución y venta de productos que satisfaga a toda la población, cuando el problema de fondo son las severas restricciones en la oferta como consecuencia de las dificultades económicas que atraviesa el país.
Pero en esas mismas condiciones que rigen para todos los territorios es posible hallar diferencias en la organización y conciencia con que se asume esa ingrata tarea de repartir lo poco con que se cuenta de la manera más equitativa posible.
La vinculación de las tiendas en pesos cubanos a las bodegas para comercializar los productos disponibles de una forma controlada, no es suficiente para garantizar el acceso a su compra periódica por todas las familias, si no existe un engranaje transparente y ágil en las comunidades que garantice una rotación lógica, la información oportuna y el menor tiempo posible de cola para adquirir los productos.
Las semanas que han transcurrido desde el regreso a esa medida en la capital del país, por ejemplo, muestran resultados muy disparejos entre las distintas localidades, por decisiones que como regla corresponden a las autoridades de base.
De un municipio a otro, de un consejo popular a otro, es posible hallar barrios donde la venta transcurre bien, y otros donde deja mucho que desear.
En algunos lugares ha ocurrido incluso que después de una arrancada organizada, la situación ha vuelto a retroceder, con cambios constantes en el modo de programar el acceso, de los cuales parecería que muy poca gente se entera.
Puede ocurrir, por supuesto, que no siempre quienes intentan llevar adelante esa planificación, complicada de por sí, tengan todas las destrezas necesarias para hacerlo. Sin embargo, estoy seguro de que no todo lo que ocurre es por incapacidad para concebir tales compras de una forma más racional y justa.
Duele decirlo, pero parecería que hay a quienes les conviene el desorden, la improvisación y los cambios permanentes en la manera de organizar esas ventas.
Si les avisan a la misma vez a consumidores de varias bodegas; si no se enteran quienes les corresponde comprar, pero sí los individuos cuya trabajo actual es hacer colas para comprar y revender; si no hay claridad en cuánta cantidad de mercancía entra a la tienda, y una parte nunca sale al mostrador, esto no tiene que ver con la organización por municipio ni con nada: es falta de decencia y honradez, por decirlo bonito. Pues podríamos usar palabras más fuertes.
Y este no es un asunto menor, porque se trata de la comida y del estado de opinión de una gran parte de la ciudadanía. Ahora mismo no creo que haya muchas prioridades más urgentes en un municipio para sus dirigentes y líderes barriales, que ejercer una exigencia y control sistemáticos sobre la comercialización de productos básicos en esas cadenas de tiendas. Lo mismo sería para los cuerpos de inspección y otras autoridades con potestad para intervenir.
Porque, además, no hacen falta investigaciones profundas ni proezas detectivescas. Basta con hablar con la gente en una cola o en cualquier barrio para saber lo que está pasando en cada lugar, quién se dedica a qué, y cómo lo hace; y quién no está haciendo bien las cosas, ya sea porque no puede o porque no quiere hacerlas bien.
Lo que hace falta es voluntad y decisión para poner orden. Cosas más difíciles hemos logrado en Cuba. Cómo no vamos a poder frenar ese desorden a conveniencia.
(Tomado del perfil de facebook de Francisco Rodríguez Cruz)
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Estoy muy de acuerdo y debería ahondar en las diferencias de distribución permanente entre municipios y dentro del mismo municipio que nos hace pensar porque a unos sí y a otros no? También en como está distribución afecta a los que trabajamos en otros municipios así que se hace prácticamente imposible adquirir los productos. Una de las justificaciones de esta normativa es disminuir las aglomeraciones, pero eso aún no lo he visto. Y habría mucho más que hablar.
De acuerdo con usted, periodista, por supuesto que sabemos que se trata del intento de ayudar a las familias y tratar de eliminar al máximo la corrupción, hay que ser severos y vigilantes porque el éxito de estas medidas está en manos del personal en las tiendas que por cierto es bastante, el no cumplimiento de sus funciones daña el desvelo y esfuerzo por tratar de ayudar al máximo. Pienso que las medidas con los corruptos tienen que ser severas. Agradezco mucho, pues al menos disminuyó la desfachatez de combinaciones entre muchas personas de las tiendas con coleros y revendedores. Pensar en mecanismos ágiles para informar dónde se produzcan irregularidades.
No hay nada más que agregar. No se hacen bien porque No Conviene" ..y a esos dirigentes no les importa. Quejas y quejas,con algo tan susceptible y nada pasa.todos ahí, inamovibles.Esta claro que sí se puede
Pero con el nuevo método,aunque estoy segura un 90%para nada a cambiado el tema del colero,revendedor,la pésima actitud de muchos LCC,la ineficiente labor de funcionarios municipales ,por no decir ningúna.Se suma un nuevo elemento;todos los ptos. de venta no son abastecidos de igual forma.En el que me corresponde hasta hoy 11 de Junio, solo vino mercancia 1 vez y ni un tercio alcanzó.Realmente pensé que este nuevo sistema funcionaria para una buena parte de la población;pero amenos que a tiempo se tomen las medidas necesarias y se pongan las personas afecuadas frentea esta nueva modalidad;será otro fallido lamentable y no se culpará a los funcionarios municipales,delegados,etc;si no desafortunadamente al gobierno;que pone empeño en esto y otros lo pisotean.
Desde mi punto de vista, la opción más inteligente seria facilitar la compra de los productos controlados dentro del mismo municipio, tiempos atras las personas podían satisfacer en mejores condiciones sus necesidades básicas. Cuándo en determinada tienda les toca comprar varias bodegas es imposible que todos los núcleos alcanzen el producto en el tiempo establecido debido a que no existen las condiciones adecuadas sean cuáles sean las razones esto ha degenerado mucha insatisfacción por parte de la población ya que nunca se sabe cuando ha llegado al 90%del producto para comenzar un nuevo ciclo, idea que también ha traído grandes confusiones, si el producto controlado toca una vez por mes y siempre lo apuntan el la libreta de abastecimiento por qué usar el vocablo ciclo, la población está conciente que todos los productos controlados tocan una vez por mes, por qué complicar tanto las cosa en tiempos tan difíciles MUCHAS GRACIAS