Las paradas repletas, las personas deseosas de tomar un transporte, los tramos a 50 pesos en carros particulares... Y no se trata del combustible, que todos sabemos que atraviesa una escasez. Se necesita de la sensatez y sensibilidad necesarias de directivos de las empresas que poseen ómnibus o, en su defecto, lo tienen contratados, para que se utilicen las capacidades restantes.

Esos que están en las paradas también necesitan llegar al trabajo, al hospital, a las tiendas o a un cumpleaños. Hagamos de la solidaridad un arma de amor, como nos acostumbró Fidel. Para eso no necesitamos orientaciones "de arriba", esas las dicta el corazón.

(Tomado del perfil de facebook de Adan Morel)

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