Se han venido implantando diversas medidas para empoderar la empresa estatal, haciéndola más flexible y otorgándole la autoridad que nunca tuvo.

Sin embargo, estas medidas no han tenido una respuesta convincente.

Factores objetivos y muchos mas subjetivos han limitado el salto requerido.

Las producciones y servicios no han crecido ni en el volumen esperado ni en la eficiencia e indudablmente no se ha logrado la eficacia del paquete de medidas establecidas.

Desde luego, son varios los factores, tanto internos como externos, y creo que uno de bastante peso en esta ineficacia está en la falta de preparación para el cambio. No hubo un adecuado sistema de capacitación y de preparación, y los directivos siguieron con la inercia acostumbrada y con la misma falta de visión sobre el entorno en que hoy actúa el universo empresarial cubano.

Indudablemente ha sido muy limitada la efectividad de la capacitación de las direcciones de las empresas para poder transitar rápida y eficazmente por la implantación de todas esas medidas.

Se han impartido muchas horas, cursos, talleres, se han hecho tesis y otorgado titulos, pero en definitiva no ha sido tan visible el cambio esperado en este eslabón fundamental de la economía.

¿Qué otra cosa ha faltado?. Después de pensar bastante, creo que es la misma estructura y enfoque de dirección que se ha mantenido por años, que ha sido centralizador, generado siempre por la desconfianza.

En toda estructura y organigramas, está el jefe, otros jefes, otros recontra jefes, consejo de dirección, órganos consultivos, comisión de cuadros etc. Esto, con cambios cosméticos, ha sido lo mismo, no obstante los cambios adelantados por el país.

Quizás en algunos casos se pretendió hacer una caricatura de lo que en el mundo empresarial internacional ocurre, con otra estructura de propiedad, que no es la de la empresa estatal cubana.

A eso se añade la Junta de Gobierno y las OSDE, de modo que se han dado autorizaciones y controles como siempre, solo hacia arriba, y se ha quitado autoridad a los creadores de valores.

Hacia abajo, no se ha otorgado la debida autoridad. Los actores reales de la producción y servicios no tienen autoridad salvo en aquellas decisiones que el jefe de la empresa los quiera hacer participar.

En el propio país existen nuevas y viejas experiencias que permiten identificar posibles vías de solución, a este pseudo congelamiento del avance en la empresa estatal.

De las Cooperativas

Creo hay bastante que aprender del mundo de las cooperativas que, aunque hemos pretendido mirarlas más como una solución social, que lo es en relidad, se trata también de una forma empresarial de propiedad cooperativa. Son empresas.

Al revisar los reglamentos de las cooperativas agrícolas y algunos de las no agrícolas, al igual que los de las cooperativas de segundo grado en la Agricultura, se puede comprender que en todo eso hay mucha enseñanza, para los que se dedican, desde funciones de gobierno, a la organización de la empresa estatal y las OSDE.

La estructura que ahora tenemos es más o menos una copia, no siempre bien lograda, de lo que existe en el mundo exterior a Cuba, con mecanismos de estímulo aún insuficientes y muy supeditado a la capacidad de liderazgo del jefe.

En las cooperativas, los productores socios tienen voz y voto; en la Empresa Estatal no.

En las cooperativas, el presidente y los cargos de dirección son electos por la Asamblea de socios, y los electos son también miembros de la cooperativa. En la empresa son designados por quienes no son parte del entramado de producción de la misma, y la opinión de los trabajadores pocas veces influye en su designación.

La Asamblea de Socios, toma las decisiones fundamentales. En la empresa el Consejo de Dirección es consultivo y lo integran los mismos directivos que llevan adelante las responsabilidades de la misma.

Las direcciones de las empresas no responden ni rinden cuentas ante los directores de la UEB.

El mundo de las cooperativas nos puede mostrar algunas ideas que pudieran enriquecerse y adecuarse para la Empresa Estatal y las OSDE.

La UBPC son en definitiva empresas que operan con patrimonio estatal y una dirección electa por los socios. Esta misma condición pudiera servir de referencia a la empresa estatal. ¿ Es acaso, que lo estatal de una empresa, es de que alguien ajeno a la misma designe a su Director?

No existe un órgano de decisión de las empresas, que sea como un Consejo o Junta de Directores de UEB, que tengan la autoridad sobre las principales decisiones al igual que sobre la selección de los cuadros, sean miembros de dicha junta o no.

El director de la empresa no tiene que rendir cuentas ante la junta de Directores de las UEB. El director de la empresa pudiera ser uno de los directores de las UEB que más se destaque por sus resultados y liderazgo y ser electo por este conglomerado de sus colegas.

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