Su presencia sobre la cancha solo fue de unos pocos minutos, aunque suficientes para dejar muestra de su virtuosismo con el cobro de un tiro de esquina que estuvo a punto de convertirse en asistencia si no es por los reflejos felinos del arquero del elenco rival.

En definitiva, el choque concluyó con abrazo a cero goles en el marcador, resultado insuficiente para la escuadra de Dairon, necesitada de sumar puntos en aras de remontar posiciones, pues en estos momentos ocupa el puesto 12, o lo que es lo mismo, el último lugar de la clasificación.

En el Torneo Apertura guatemalteco ya se han jugado 19 fechas, y las aspiraciones del Comunicaciones FC y del recién llegado jugador cubano están prácticamente limitadas a, en los pocos partidos restantes, alcanzar el mayor número de victorias posibles con el objetivo de abandonar el sótano de la tabla, para así evitar el descenso hacia la categoría inmediata inferior.

No obstante, en lo individual, es este un paso importante para el nacido en la principal urbe de Cuba, quien anteriormente pertenecía al Inter de Miami, pero en el tiempo que estuvo allí no consiguió subir al primer equipo, lo cual impidió su ascenso a la Major League Soccer (MLS).

Sin embargo, en más de una ocasión coincidió con el astro argentino Lionel Messi, a quien reconoce como uno de sus ídolos. Dairon tiene algunas similitudes con el mejor jugador del planeta. Es zurdo, se le da bien filtrar balones para dejar a sus delanteros solos contra el portero y no es egoísta: se deleita igual con anotar un gol que con dar una buena asistencia…

Es, sin dudas, una joya del fútbol cubano, y ya ha dejado constancia de su talento en la selección nacional. Su historia en el Comunicaciones FC aún está por escribirse, pero probablemente allí no permanezca demasiado tiempo: su sed de fútbol, su visión de juego, su técnica y sus deseos de crecer le auguran un destino más promisorio… solo resta esperar.

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