Los rugidos volvieron esta semana al Latinoamericano. Industriales, ese león tantas veces herido y tantas otras renacido, salió al ruedo de la 64 Serie Nacional con la clara promesa de que esta vez no hay espacio para excusas: el único objetivo es ganar, después de más de quince años de espera.
El equipo dirigido por Guillermo Carmona comenzó con paso firme, llevándose dos de los tres desafíos frente a los Elefantes de Cienfuegos en su feudo del Latinoamericano. Solo el estreno, un pleito que ya parecía archivado, se les escapó por un manejo poco inspirado del bullpen. Un tropezón que sirvió de sacudida, porque desde entonces los maderos azules han sonado en el Coloso del Cerro.
La ofensiva ha sido la carta de presentación de esta manada. Bateo oportuno, carreras empujadas cuando más falta hacía y un average colectivo de .351, solo superado por las Avispas de Santiago, que arrasan en el Guillermón.
Industriales sumó 23 anotaciones, disparó cinco cuadrangulares y, lo más revelador, fue el equipo que más veces logró impulsar la ventaja o el empate (6), prueba de un carácter competitivo que ilusiona a su hinchada.
La banca también respondió, un detalle de oro en un torneo largo y desgastante. Y aún faltan piezas por incorporarse: Yosvani Peñalver, Yaser Julio González —en plena recuperación— y el lanzador Andy Vargas, llamado a ser una de las cartas más sólidas del pitcheo.
Justamente los relevistas han dado la mejor cara hasta ahora, y en el béisbol todos saben que “son los mejores amigos de un director”.
Los muchachos del sub-23 y los suplentes no se han arrugado: entran al campo sin miedo a la camiseta y eso oxigena a la exigente grada capitalina. Pedro Roque, joven máscara, todavía no ha atrapado a ningún corredor en intento de robo, pero su madero suena con madurez y fortaleza.
La noticia de la semana fue el anuncio del retiro de Yasmani Tomás. A sus 34 años, el “Tanque” confesó que vive su última temporada, aunque sus estadísticas iniciales parecen desmentirlo: promedio superior a .500 y cinco remolques en apenas tres juegos.
Otro que brilla es Ariel Hechavarría, con dos bambinazos y también cinco impulsadas. Y no se queda atrás Ariel Sánchez, el matancero de 41 abriles que decidió despedirse con la franela azul y sigue demostrando que la estirpe beisbolera no tiene fecha de vencimiento.
Industriales arranca así, mezclando juventud con experiencia, fuerza con deseo, errores con lecciones. Saben que el camino es largo, que otros rivales se asoman como tormentas. Pero la manada de Carmona tiene una obsesión tatuada en la frente: volver a lo más alto. Y en la selva del béisbol cubano, ya se sabe, un león con hambre es un animal peligroso. Nos vemos en el estadio.
Ver además:
SNB 64: Industriales vuelve a golpear en el Coloso del Cerro
SNB 64: Industriales toma desquite ante los Elefantes
Industriales cae en el inicio de la 64 Serie Nacional de Béisbol

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