Ahora, cuando por estos días se celebra el 72 Campeonato Nacional Absoluto de Ajedrez –con seis trebejistas giraldillos inscriptos– viene a la memoria el más grande ajedrecista cubano de todos los tiempos, el también capitalino José Raúl Capablanca y Graupera.
Entre las innumerables huellas de grandeza del genial habanero, una en particular aconteció hace 103 años y solo cinco días, –exactamente el 4 de febrero de 1922– fecha en la que efectuó 103 partidas en una simultánea gigante, con el magnífico resultado de 102 victorias, un solitario empate y ninguna derrota.
Este hecho histórico del deporte cubano aconteció en Cleveland, Estados Unidos, y dejó atónitos a los especialistas y a la prensa de la época, quienes se ocuparon de dar a conocer una hazaña que todavía asombra.
Poco después de ofrecer esa excelente muestra de su singular talento, el propio Capablanca, en entrevista al diario español abc, señaló que esa había sido su mayor sesión de partidas simultáneas: “Jugué yo solo contra 103 jugadores. Gané 102 partidas, y una quedó en tablas. Pero aquello fue una casualidad. Estaba allí representado todo Ohio, y había jugadores de todas clases, fue muy interesante", reveló el extraordinario jugador.
Lo de “aquello fue una casualidad…”, a todas luces fue el toque de modestia que solía dejar Capablanca en muchas de sus declaraciones públicas, pero en realidad no fue nada casual aquel rotundo triunfo, pues solo un año antes, en 1921, el cubano se había ceñido la corona mundial tras vencer a Emanuel Lasker con convincente balance de cuatro partidas ganadas, diez tablas y ningún revés.
A más de un siglo de muchas de sus mejores actuaciones, el gran José Raúl ha continuado inspirando a las
nuevas generaciones. Probablemente deban pasar muchos años para que un cubano vuelva a estar en la cima
del ajedrez mundial. Quizás nunca suceda, pero es incuestionable que su impronta ha servido de motivación y orgullo para quienes han prestigiado el juego ciencia en nuestro ajedrecístico archipiélago.
La cantera de trebejistas en La Habana que lo vio nacer y de todo el país, es inmensa. Y, seguramente, mucho de lo que consigan hacer los protagonistas del recién iniciado certamen nacional, como siempre, también será inspirado en el legado y las vigentes enseñanzas del hombre que movió las piezas sobre el tablero con el virtuosismo de un superdotado de las bellas artes y con la creatividad y visión estratégica de un genio militar prácticamente inexpugnable.
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