A las 2:14 p.m. de este jueves cambio el canal y llego a TeleRebelde. Un pelotero evidentemente descontento va rumbo al banco. El locutor informa que fue expulsado el tercer bate del equipo de Artemisa.
Más allá de razones y razones me pregunto: ¿hasta cuándo el deslucido que se repite serie tras serie y protagonizan peloteros y árbitros?

Entre los primeros se percibe un envalentonamiento que preocupa. Entre los segundos hay para llevar y traer. ¿Llegaremos a suspender juegos por falta de quienes impartan orden y justicia en el terreno? ¿Habrá que esperar a que los hechos condenables de riñas en el terreno tomen un carácter mayor? ¿Qué ejemplo tienen los peloteritos de las diferentes categorías si quienes deben constituir su paradigma andan por aquellos ruedos?

No olvidar que de esa cantera sale la selección que puede representar a Cuba en los torneos internacionales. Y no hablo de los tradicionales, sino de otros para los que se ha decidido participen los ganadores de la liga nacional. La ética debe funcionar para todo. El béisbol es pasión y divertimento, no un ring.

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