Para cualquier atleta, bien sea de élite, aficionado, o de los llamados populares, evitar las lesiones es una de las mayores preocupaciones que existen. Se trata de un fenómeno que está latente en la gran mayoría de los deportes, obviando algunos como el Ajedrez y el Go, por las casi nulas posibilidades de lesionarse que en ellos existen.

Entre los corredores las lesiones son más frecuentes de lo pensado, sobre todo en aquellos que pertenecen al inmenso grupo de los aficionados, quienes muchas veces violan, sin saberlo, las más elementales reglas para evitar que ello suceda. Y es que correr, no solo se trata de ponerse un par de zapatillas, llenarse los pulmones de aire, y el alma con una voluntad de acero, para salir a dar una zancada detrás de otra.

Eso, sin dudas, es el primer paso, pero, si de veras se quiere evitar una lesión, máxime entre quienes buscan no solo mejorar su estado de salud y su físico, sino que también pretenden mejorar sus rendimientos, es necesario tener en cuenta que es necesario planificarse. Correr, al contrario de lo que muchos piensan, requiere de un estudio individual de cada persona, de saber las capacidades con que se cuenta, los defectos y virtudes que cada uno tiene, y buscar un plan adecuado para ello.

No se puede pensar que por correr todos los días a "full" se va a conseguir mejorar, al contrario, al tensar constantemente al máximo nuestros músculo, es mucho más probable que aparezca la fatiga muscular, y con ello, la lesión. Buscar el correcto balance entre días con trabajos de alta intensidad, y otros donde se realicen carreras aerobias; ejercicios de fuerza; o en los que el énfasis lo lleve la práctica de la técnica, es fundamental.

En estos tiempos de internet, es fácil encontrar una variedad tremenda de planes de entrenamiento. Lo más sencillos sería tomar a ciegas cualquiera de ellos y decidir, voy a seguir este, porque estos son los tiempos que pretendo hacer para esta distancia, pero ojo con ello. No se trata de escoger este o aquel plan, y ya, resuelto el asunto, lo primero, como ya dijimos, es conocerse a uno mismo, nuestras capacidades, defectos, y virtudes, para ser objetivos al momento de decidir que entrenamiento vamos a seguir.

Para ello, siempre es buena la asesoría de algún entrenador, o de algún atleta con conocimientos al respecto. Sin embargo, ni siquiera con ello basta para evitar lesionarse, pues es necesario tener en cuenta otros factores como la alimentación, tanto lo que se consume, como los horarios en que lo hacemos; la hidratación adecuada durante todo el día, el descanso, y las condiciones del tiempo, así como un correcto calentamiento y estirarnos antes y después de cada sesión de entrenamiento.

Todos esos elementos pueden influir de forma positiva, o negativa, en cómo reaccione nuestro organismo. Otro factor importantísimo, más allá de la voluntad de cada uno y los deseos de ejercitarnos que tengamos, es aprender a escuchar a nuestro cuerpo. Saber en qué momento debemos detenernos, cambiar el plan que tengamos, o simplemente, tomarnos el "día de descanso", y sobre todo, visitar de forma periódica al médico para evaluar nuestro estado de salud, ayudará a evitar lesiones.

De seguir estos simples consejos, las posibilidades de sufrir una molestia que nos dejé varios días, e incluso semanas, sin ejercitarnos, se reducirán drásticamente. Como se puede ver, ser runner es mucho, pero mucho más que ponerse las zapatillas y salir a correr.

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