Si alguien creyó que pasó al olvido la magnífica idea que en junio pasado comenzaron a materializar el médico especialista en rehabilitación Joel Alvisa —junto a los entrenadores de bádminton Gilberto Amador y Roeldi Beltrán— en la cual se propuso exitosamente un vínculo beneficioso entre Salud y Deporte, sin dudas, se equivocó.

Previo a aquella experiencia de junio, Alvisa se había acercado a la dirección del Hospital Nacional de Rehabilitación Julio Díaz para expresar su noble propósito: “Yo quiero poder contar con un día para que los pacientes con discapacidad ingresados aquí vean las habilidades adquiridas por personas con similar condición de salud que ellos, y puedan constatar cómo la discapacidad no es una limitante para lograr, incluso, convertirse en atletas de alto rendimiento con la posibilidad de representar a Cuba en eventos internacionales”.

Y lo visto en esa tarde calurosa de junio de 2023 dejó satisfechos a la mayoría de los implicados, sobre todo a los creadores de la singular iniciativa.

Por esa precisa razón, el miércoles último, en el mismo escenario del tabloncillo del hospital Julio Díaz, se celebró la segunda jornada para unir al deporte con las personas con discapacidad, y los protagonistas volvieron a ser los pacientes y profesionales de la Salud del hospital, además de varios integrantes de los equipos de bádminton y parabádminton de la capital, y paratletas de otras disciplinas, también presentes.
Médico y entrenador coinciden en que hay múltiples beneficios en estos encuentros, donde lo motivacional deja de ser simples palabras para convertirse en algo tangible. Al posible futuro paratleta, más que decírsele cuánto puede hacer en el deporte, se le muestra en la práctica la ausencia de límites, a menudo mentales.

Pero, por si fuera poco, más de una categoría del parabádminton necesita aumentar la cantera de estos deportistas.

Alvisa aprovechó para agradecer el apoyo recibido por parte del bádminton universitario y, en particular, por la profesora Gisel Arrieta, “porque desde la Universidad de La Habana brindan sus escenarios para la práctica de este deporte a convencionales y paradeportistas y también porque nos donaron volantes de pluma para dejarlos aquí, en el hospital Julio Díaz”.

De manera tentativa, la tercera jornada para retomar esta mágica y provechosa relación entre el deporte y la salud pudiera efectuarse dentro de tres o cuatro meses, fecha imposible de confirmar desde ahora debido a múltiples y poderosas razones… bueno… no tan poderosas como la voluntad de los implicados en este hermoso proyecto.

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