El industrialista Pavel Hernández volvió a firmar una salida de calidad en la Liga Mexicana con sus Rieleros de Aguascalientes, al trabajar este sábado seis capítulos completos con un solo hit permitido y sin aceptar anotaciones, para extender a 11 las entradas consecutivas dejando en blanco a sus rivales.
El espigado serpentinero maniató a los Generales de Durango y se fue a la cueva cuando su equipo ganaba por ventaja de siete carreras, pero un trío de relevistas soportó un racimo de ocho anotaciones en el octavo episodio que lo privó de la victoria.
Su labor por esas tierras ha sido hasta el momento muy meritoria, porque es una liga donde manda la ofensiva, entre otras cosas por la altura sobre el nivel del mar donde se desarrollan los partidos.
“Es muy difícil lanzar en la altura, los lanzamientos no rompen igual y se batea mucho”, me confesó Hernández por las redes sociales.
Los extranjeros que allí se desempeñan tienen una presión extra, porque es conocido que los dueños de los equipos no andan con paños tibios y al más mínimo pestañeo son sustituidos por otros jugadores.
“Durante el tiempo que he estado acá he visto a más de diez ser despedidos de la organización por bajo rendimiento, aspecto que te obliga a estar enfocado y a superarte cada día más”, dijo el lanzador.
El número 26 de los felinos y número uno del staff al momento de ser contratado por los Rieleros, tiene allí balance de 1-2 y en 48.1 episodios de trabajo ha permitido 23 carreras limpias, para un promedio de 4.28 por juego completo.
Su control, aspecto que durante su carrera lo ha privado de ser un lanzador más dominante, ha estado bien al otorgar 19 boletos en ese trayecto, lo que le permite exhibir un aceptable promedio de embasados por entrada (Whip) de 1.53.
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