Luego de ganar la edición de Belgrado 2021 con renta de tres oros y dos bronces, el equipo cubano al Campeonato Mundial de Boxeo Taskent 2023 quedó por debajo de los pronósticos. Ahora se alcanzaron un título, tres platas y 2 bronces, apoyado en las figuras más jóvenes, que le valió para alcanzar el 4to. lugar del medallero.

Apenas es la tercera vez que un equipo de la Isla no sobrepasa una corona, amén de alguna u otra decisión controvertida.

No creo eso de que el boxeo cubano está en crisis, aunque ya no son los tiempos de Barcelona '92, donde los púgiles cubanos ganaron 7 doradas, pero esto no es la debacle. El buque insignia del deporte cubano ha sabido reponerse de marejadas más fuertes. Pero algo hay que hacer.

Desde que el año pasado se aprobara la participación en el boxeo profesional, se esperaron muchos cambios que apenas han llegado. Ni siquiera ha frenado el éxodo de boxeadores, que aunque golpea al deporte y la sociedad en general, se había mantenido relativamente bajo comparado a otras disciplinas. El más reciente abandono fue el de Yoenlis Hernández Feliciano (75 kg), que no hizo el viaje de regreso después de ganar su segundo cinturón mundial, con jugoso premio monetario incluido.

Sin dudas, las leyes norteamericanas impiden, o dificultan al extremo, la presentación de púgiles en Estados Unidos, donde están las mejores ofertas, también el cobro expedito de los premios en metálicos. Pero queda mucho por hacer, aun en la situación de crisis que vive el país. El deporte más laureado bajo los cinco aros se lo ha ganado.

Hay mucho por mejorar, que depende de nosotros, sin esperar que nadie levante ninguna sanción. Es inconcebible, como ocurrió el año pasado, que después de pactado, la final del Campeonato Playa Girón no pudiera ser transmitido por la cadena ESPN KnockOut. La promoción de los púgiles para convertirlos también en figuras mediáticas, es muy deficiente, aunque sea un elemento importante en el ámbito profesional. La realización de diversas copas, que poco a poco han ido perdiendo su relevancia, como la “Roberto Balado”, es imprescindible para foguear y descubrir nuevas figuras, que fueron precisamente las que sacaron la cara en este Mundial.

Esto, en un contexto en el cual la International Boxing Asociation (IBA, por su siglas en inglés, anteriormente AIBA) vive en el ojo del huracán perenne. Acusaciones de manipular los resultados, y cuestiones políticas la han llevado a no ser el ente organizador del evento de boxeo en París 2024, y el peligro de que el deporte de los puños no asista a Los Ángeles. Y por si fuera poco, debe enfrentar ahora el intento de algunos países de crear una organización paralela. Los incrementos de los premios en metálico por parte de la IBA, sus políticas de limpieza e igualdad de sexos, parecieran ir en camino correcto, pero no son suficiente para convencer al COI.

Por tanto, ante los problemas foráneos, la virtud propia debiera ser un pilar. El boxeo cubano tiene material humano para volver a lo alto del podio en cualquier evento, más ahora con la gratísima noticia de la aprobación de la práctica femenina. Pero esa calidad humana no se traducirá en campeones por arte de magia. Hay que trabajar, ponerle empeño, buscar nuevas formas de hacer, mejorar condiciones, aplicar resortes que dan resultados en otras geografías, porque el buque insignia debe llevarnos al puerto dorado de la gloria.

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