La vida se vive a plenitud cuando se es capaz de ponerse a prueba ante cada desafío que el "destino" nos depara. Múltiples son las demostraciones de superación que pudiéramos narrar, algunas capaces de sacar lágrimas hasta de una piedra, otras, mucho más "humildes y terrenales", pero que igual muestran el espíritu de superación del ser humano.
Una de esas últimas, de las que por su "normalidad" no ocupan espacios en los medios de comunicación pero que es capaz de arrancar un bravo a más de una persona, la protagonizó este año el capitalino Alejandro Lázaro Victorero González al incursionar por primera vez en el Triatlón de La Habana.
Correr los 42.195 kilómetros de una maratón es de esos desafíos que requieren de una buena forma física (independientemenete de si se tiene, o no, alguna discapacidad física, u otro tipo de afectación), así como de una gran fortaleza mental. Nacido y criado en el habanero poblado de Santa Fé, en el municipio de Playa, Victorero forma parte de los millones de personas en el mundo que han sido capaces de vencer, en más de una oportunidad, la prueba de maratón.
En lo narrado hasta ahora no hay nada de extraordinario en lo hecho por Alejandro Lázaro Victorero, salvo por un pequeño detalle, el de que a los 63 años de edad, cuando muchos practicantes sistemáticos de deportes solo entrenan por placer, o bajan sus cargas y se reservan para eventos menos agresivos, él decidió participar, por primera vez, en una prueba de triatlón.
Sin dudas, la capacidad aerobia que la carrera le ha dado a Vitorero, fue la base para que en este 2023 pudiese estrenarse como triatleta, un deporte que requiere un gran control de cada músculo del cuerpo. acerca de las diferencias entre el triatlón y la maratón, conversamos brevemente con Alejandro Lázaro. Al respecto comentó que "la primera diferencia es que: en el maratón solo se corre, mientras en el triatlón también hay que nadar y montar bicicleta. La segunda diferencia está en el tiempo para la realización de esas pruebas. En el caso del triatlón (modalidad de sprint, que es en la que participó), se termina más rápido que en la maratón.
La tercera gran diferencia está dada por la biomecánica, así como en los implementos que se emplean en cada uno de esos deportes. Si bien en la prueba de maratón prácticamente la única tecnología que hay son las zapatillas y el reloj, en el triatlón todo es más complejo. Estas diferencias van desde el mismo inicio de la prueba, con el segmento de natación, dónde se debe de contar con la vestimenta adecuada, el ciclismo, donde la tecnología tiene un gran peso, y las posibilidades de un accidente, un ponche, o un desperfecto de cualquier otro tipo están siempre presentes, hasta la carrera, a la cual se llega con el cansancio de las dos pruebas anteriores.
Hablando de tecnología, Alejandro hizo este año su estreno en el Triatlón de La Habana con una bicicleta mantañesa, y ello de por sí ya era un elemento en su contra. Pero lo que hizo más angustiosa la participación de Victorero en la citada prueba, fue el hecho de poncharse unos tres kilómetros antes de concluir el segmento de ciclismo. Ahí debió de iniciar una "marcha forzada" con su corcel de hierro en una mano, el reloj viajaba en su contra y la biomecánica ya no era la misma. Cada paso sujentando su bicicleta con una mano hasta llegar a la zona de cambio, donde comenzaría oficialmente el segmento de carrera, debió ser un verdadero tormento.
Pero él nunca había abandonado una carrera, y aunque parecía que el Triatlón de la Habana iba a ser la primera "oportunidad" donde se diera por vencido, logró sobreponerse a los inconvenientes y llegar a la meta. Allí el cansancio por el esfuerzo realizado se hizo evidente en su rostro.
Claro que ese pinchazo lo llevó no sólo a realizar un tiempo mayor al que tenía planificado, sino a un mayor desgaste tanto físico como psíquico. Pero esas, dice Alejandro Lázaro, son cosas que pasan y con la que todo atleta, amateur o élite, tiene que cargar. Lograrlo, bueno, eso es otra historia.
"Especializado" en la maratón, antes de su estreno en el Triatlón I Internacional de La Habana 2023, Victorero apenas había tomado parte en la prueba clasificatoria efectuada en la habanera Presa de La Guayaba. Sobre el porqué de ello, nos dijo lo hizo para "realizar un poco de entrenamiento cruzado y evitar las lesiones que provoca el esfuerzo continuado de la carrera. De esa forma utilizo otros planos musculares que en la carrera normalmente tienen poco uso, al tiempo que me sirve como preparación para los 42 kilómetros de Varadero.
Por cierto, que en ese paraíso azul que es Varadero, Alejandro tiene en mente "raspar" las cuatro horas, un tiempo que hace años no consigue. Claro que ello depende de muchas variables que van desde como se comporta el clima, hasta la forma cómo el cuerpo Reponda. Por otro lado, a un cuando se trata de un recorrido mayormente plano, en Varadero está presente el tema del salitre y el sol, dos elementos que influyen mucho en el rendimiento de cualquier atleta, a los cuales se une el viento.
Si Victorero por fin logra vencer la maratón de Varadero en cuatro horas, o menos, es algo que no sabremos hasta el dos de abril.
Pero sea así o no, hay una cosa de la que Alejandro nos dice sí podemos estar seguros, y es el hecho de mantenerse en ese viaje de ida y vuelta que recién acaba de comenzar entre la maratón y el triatlón, hecho que a sus 63 años constituye un nuevo desafío en favor de la vida.

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