Apenas se dio la arrancada en los 800 metros para damas, la cubana Rose Mary Almanza salió a buscar un puesto que le permitiera entrar entre las tres primeras de su heat clasificatorio. Y lo logró, al ponerse rápidamente como tercera, justo detrás de la campeona olímpica de Tokio 2020, la estadounidense Athing Mu, quien en definitiva entró primera con crono de 20.01.30, y de la campeona mundial, la ugandesan Halimah Nakaayi, que cruzó la línea de sentencia en segunda posición, con crono de 2.01.41.
Durante los primeros 600 metros de la carrera la antillana se mantuvo tercera, daba la impresión que podría clasificarse sin sustos; sin embargo, la realidad fue distinta. A partir de ese momento, Ellie Baker, la representante de Gran Bretaña, apretó el paso, alcanzó a la antillana, y terminó por relegarla a la cuarta posición, gracias al 2.01.72 que consiguió, superior al 2.01.96 de la cubana.
Con ese crono, la antillana se coló, momentáneamente, como el tercer mejor tiempo de repesca, entre los seis puestos que ofrecían la oportunidad de avanzar por tiempo. Mas, aún quedaban otros tres heat clasificatorios, y poco a poco la cubana fue bajando de posición, hasta finalmente quedar fuera de las que avanzaron por tiempo. De esa forma, Rose Mary le dijo rápidamente adiós al mundial de Oregón 2022.
LÁZARO MARTÍNEZ, LA OTRA CARA DE LA MONEDA
Si bien en esta oportunidad Cuba no contará con representantes en la semifinal femenina de los 800 metros planos, no ocurrirá igual en el triple salto masculino, donde Lázaro Martínez logró clasificarse, por derecho propio, en la final, algo que no logró su compatriota Andy Eugenio Hechavarría.
El cubano logró en su primer salto 16.97 metros, quedando a solo ocho centímetros de los 17.05 que se exigían para clasificar por directo a la final. Era, a todas luces, un intento que le podía catapultar a la final, pero el criollo no se podía arriesgar, así que en su segunda aparición puso un poco más de “combustible” a sus piernas para estirarse hasta 17.06 metros, un centímetros por encima de la marca exigida.
De esa forma, Lázaro Martínez, ya con el pasaje a la final en sus manos, se fue temprano a descansar. Quién sí no pudo hacer lo mismo fue su compañero de equipo, Andy Eugenio Echavarría, al cometer foul en su primer salto, y después solo llegó hasta 16.02 en su segunda oportunidad, para terminar con 16.39, su incursión en este mundial.
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