Fue a los 12 años que Brayan Laballe comenzó a jugar pelota organizada en su municipio de Playa. Quizás muchos aficionados no sepan que es una edad tardía para un país donde la mayoría de los infantes acuden a las áreas deportivas desde edades bien tempranas.
En desventaja con otros, el niño se fue imponiendo gracias a su físico y a la potencia de su brazo, herramientas que lo llevaron tres años más tarde a subirse en el box y convertirse en un estelar lanzador en las categorías pequeñas, a pesar de no ser nunca plantilla de la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE).
Campeón provincial sub 15, Laballe integró las filas del equipo La Habana en su último año juvenil (2019) y allí mostró credenciales al relevar en cuatro partidos, donde sus rivales no pudieron anotarle carreras limpias en 7.1 entradas y le promediaron solo 130 Ave, producto de tres imparables en 23 turnos al bate.

Ahora, con 20 años de edad, y luego de ser eliminado de la preselección de Industriales en la temporada pasada, será uno de los abridores del equipo capitalino en el campeonato nacional sub 23.
«Es un muchacho que ha estado en las preselecciones y no ha podido hacer el grado por diferentes motivos, y le estamos dando seguimiento porque es el mayor talento que tenemos acá», le declaró a Tribuna de La Habana Reinier Madruga, entrenador de pitcheo del conjunto.
«Lanza 90 millas sostenidas, está fuerte físicamente, y tiene los planos superiores e inferiores muy bien. Hay que trabajar con la mente, pero confiamos que él puede estar entre los cinco abridores», agregó.
El pasado lunes este reportero pudo verlo en acción por primera vez, en uno de los 36 desafíos internos que ha sostenido la preselección habanera desde que comenzó su etapa de preparación, y constatar su calidad en el montículo.

«He llegado a marcar 90 millas con mi recta, pero domino la curva, el cambio de velocidad, y una slider que es mi arma secreta», confesó al finalizar el partido.
El serpentinero, quien desde que tiene uso de razón ha admirado a Freddy Asiel Álvarez, nos dice que desde hace un tiempo lo vienen preparando psicológicamente para la función de abridor, pero su objetivo es “ayudar al equipo, ya sea como abridor, relevista, o cerrador”.
«Mi sueño es llegar algún día a Industriales y ser miembro de un equipo Cuba. Quiero decirles a los aficionados que esperen lo mejor de mí. Lo voy a dar todo en cada salida por mi camiseta», dijo al finalizar nuestra breve conversación.
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Yo pienso que es joven, hay que trabajar duro con el, sobre todo en el control. Con todas las cualidades que posee y con control, seguro que triunfa.