Sin haber salido al tabloncillo el jueves último, la selección de La Habana se afianzó en la cima de la llave occidental de la 4ta. Liga Nacional de Fútbol Sala, luego de que la escuadra de Pinar del Río perdiera su invicto ante el colero Matanzas en desafío efectuado en la EIDE Luis Augusto Turcios Lima, donde la pizarra reflejó el resultado final de 5 goles por 3.
En esa jornada de recuperación de partidos –programados inicialmente en el calendario oficial, pero suspendidos después– el conjunto vueltabajero se mostró fuera de ritmo, al parecer, debido a que desde hacía tres semanas no había vuelto a disputar pleitos. Por cierto, uno de los choques imposibles de
celebrar para los de la más occidental provincia cubana habría sido contra La Habana. El aplazamiento de ese duelo fue motivado por dificultades en la transportación del equipo pinareño hacia la capital.
La lamentable causa ha afectado más de una vez a diferentes selecciones, y nada permite augurar que semejante irregularidad no se volverá a repetir, aunque –sin lugar a duda– atenta contra la calidad del certamen, deja una huella indiscutible de ineficiencia organizativa e influye negativamente en el desempeño de los elencos perjudicados.
El propio jueves se reafirmó como jornada sorpresiva tras el éxito –en la zona oriental– de Ciego de Ávila ante el campeón defensor Granma, con holgada diferencia de 9 anotaciones por 3, en enfrentamiento
celebrado en Sala 13 de Marzo, del municipio de Jiguaní, donde esta vez los granmenses no pudieron aprovechar su condición de anfitriones.
No obstante, a pesar de las derrotas de Pinar del Río, en Occidente, y de Granma, en Oriente, ninguna de estas dos selecciones vieron comprometidas sus positivas ubicaciones en sus respectivas tablas de posiciones,
pues los pinareños se mantienen como sublíderes –escoltando a La Habana– con dos unidades de ventaja sobre Cienfuegos y Matanzas, mientras Granma continúa comandando las acciones en su grupo, aunque
ahora con solo dos puntos de ventaja sobre Ciego de Ávila.
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