Cuando el pasado 27 de mayo el diestro de Industriales Pavel Hernández se encaramó en el box para lanzarle a los vigentes monarcas de Granma, nadie imaginó que su actuación en ese partido lo llevaría a representar a Cuba en un evento internacional por segunda vez en su carrera.

Aquella tarde, el muchacho que hace cuatro años había formado parte del famoso listado de 34 peloteros que la Federación Cubana de Béisbol le propuso a las Grandes Ligas, demostró de la madera que estaba hecho.

Los Alazanes apenas pudieron pegarle cinco imparables y solo le anotaron una carrera en seis episodios de trabajo, mientras se tomaban igual cantidad de ponches.

Aquella presentación, bajo la presión que ejerce un estadio Mártires de Barbados desbordado de fieles que corean y bailan ante el sonido de sus tradicionales congas, despertó simpatías.

Su director Carlos Martí lo estuvo observando todo el tiempo y nunca olvidó los estragos que les causó este joven de 25 años y casi dos metros de altura, dueño de una recta pesada y de un rompimiento que quiebra cinturas.

Cuando llegó el momento de seleccionar algunos refuerzos para su equipo, invitado para participar en el torneo de Harlem, Holanda; Martí lo incluyó en la nómina, en un reconocimiento a la calidad mostrada en esta campaña nacional.

El premio es más que merecido para este León nacido en la provincia de Ciego de Ávila, uno de los serpentineros que mayor progresión ha tenido en las últimas dos temporadas.

En esta contienda terminó con balance de siete victorias y dos derrotas, un promedio de carreras limpias de 3.58, y sus contrarios solo le pudieron conectar para 237 Ave.

Pero Pavel, más allá de números y estadisticas, es un atleta lleno de valores humanos, respetuoso con sus rivales, entregado a los entrenamientos, y aunque intimida a sus contrarios encima de la lomita de los martirios, es semejante a uno de esos gigantes nobles de los cuentos de hadas.

Por estas herramientas, el avezado Martí, un timonel que ha alcanzado tres coronas nacionales en las últimas cinco contiendas domésticas, lo llamó para incluirlo en esta selección.

El reto en tierras de tulipanes será grande para este felino, pero cuando se anda por la vida sembrando, algún día se recogen los frutos, y eso es lo ya está haciendo Pavel Hernández. Nos vemos en el estadio.

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