Los Leones de la capital desembarcaron otra vez en tierras infestadas de Piratas, les hundieron sus barcos con una artillería de solo seis cañonazos para vencerlos 8-5, y los privaron al menos en esta campaña de su anhelado viaje a la postemporada.

La tropa felina de Guillermo Carmona alcanzó así su triunfo número 39 de la contienda, recogió el botín que dejaron los filibusteros regado por toda la pequeña isla, y andan ya preparando sus equipajes para emprender rumbo al combate final, donde otros siete equipos lucharán por la corona de esta Serie Nacional 61.

En el mismo primer episodio comenzó el ataque azul, cuando Jorge Enrique Alomá disparó tubey y Yasiel Santoya encendió un cohete al centro del terreno que lo trajo a casa, en medio del silencio en las tribunas del Cristóbal Labra.

Dos capítulos más tarde fabricaron un ramillete letal de cuatro anotaciones, cuando combinaron dos boletos, un pelotazo, y cuatro imparables, entre ellos tres impulsadores de Andrés Hernández, Ariel Hechavarría, y Juan Carlos Torriente, que expulsaron del box al abridor Wilber Pérez y a su sustituto Yunier Gamboa.

Los Piratas, renuentes a arriar la bandera de las tibias cruzadas, le marcaron tres rayitas al abridor Pavel Hernández en el final de esa entrada -dos de ellas empujadas por un bambinazo de Aquimo Jiménez-, pero la estrechez del marcador duró poco en la pizarra.

En el cuarto, sin conectar de hits, los capitalinos sentenciaron el choque aprovechando tres bases por bolas, un lanzamiento salvaje del relevista Dorvis Navarro, y un costoso error de Leonardo Urgellés que les abrió las puertas de par en par a dos corredores para completar el trío en el episodio.

Es bueno recalcar que previo a los dos paquetes letales fabricados por los Leones, se produjeron sendos toques de bola de sacrificio de Yosvani Peñalver que desestabilizaron al equipo rival y propiciaron las brechas positivas.

Hernández no pudo completar el quinto capítulo al soportar el segundo doblete impulsor del veterano Luis Felipe Rivera, y el bombero Andy Vargas se tuvo que hacer cargo de la situación.

El paño de lágrimas de la dirección azul no estaba en el mejor de sus días, y solo pudo lanzar 1.2 entradas, donde permitió una carrera con par de hits, regaló dos boletos, y propinó un pelotazo, aunque se llevó la victoria.

El cerrojo lo puso Erick Cristian González con sus rectas de humo, al trabajar los últimos tres apartados sin permitir “relajitos”, con dos ponches propinados a sus contrarios.

El aplauso también para el rescatista pinero Navarro, quien caminó una ruta de seis episodios sin aceptar hits con cinco ponchetes recetados, y se quedó esperando por una remontada de su tropa que nunca llegó.

Foto: Boris Luis Cabrera

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