Este mes se cumplieron 12 años de aquella corona lograda por los Industriales con Germán Mesa en el banquillo de director. Desde entonces, el equipo más ganador de títulos en Series Nacionales no ha vuelto a subir a lo más alto del podio, lo que constituye la racha más larga en campañas consecutivas desde su primera incursión en estos clásicos en 1963.

Cierto que con aquel antológico jonronazo de Agustín Marquetti en 1986, para dejar al campo a los Vegueros de Pinar del Río, se recuperó un título ganado 13 años antes, pero en ese trayecto el conjunto azul no estuvo presente en los campeonatos de 1974 a 1976. 

Año tras año, los fieles industrialistas se han sentado a esperar por ese momento glorioso que por múltiples factores no ha llegado, y vuelven cada inicio de temporada con nuevas esperanzas que terminan haciéndose humo sobre la grama del estadio Latinoamericano.

Ahora, cuando van restando pocos partidos para concluir la fase clasificatoria, la fanaticada se emociona cuando ve al equipo que ama y defienden casi a las puertas de los playoffs, y otra vez los sueños se levantan del polvo y comienzan a exacerbarse las más profundas pasiones beisboleras.

Sin embargo, una pregunta se mantiene latiendo en la cabeza de todos, aunque muchos la ignoren huyéndole al saco de decepciones que han engordado durante tantas temporadas: ¿Tiene Industriales las herramientas para ser campeón?

Sin muchos rodeos ni verborreas la respuesta que tengo es esta: Sí. Limpio de fanatismos y de cegueras provinciales puedo afirmar que estos azules del 2022 han logrado reunir un conjunto capaz de alcanzar la corona nacional y el espacio de esta columna no me alcanzaría para exponer las razones.

Sin embargo, la partida de Andrés Hernández a la liga Intercondados de Canadá, y la posible convocatoria de los lanzadores Andy Vargas y Erick Cristian González a la preselección del equipo Cuba sub 23 que participará en el Panamericano de Aguas Calientes en México, pone a dudar a muchos.

Ausencias van a tener también los equipos contendientes, y aunque esto amenaza con convertirse en un terremoto para las huestes felinas, ninguno de los 12 campeonatos que atesoran en sus vitrinas se ha alcanzado por vías fáciles.

Industriales es un equipo grande, sus jugadores están envueltos en una mística que a veces ni ellos mismos comprenden y que envuelve también a los que vienen de otras tierras a defender sus letras góticas. En el deporte se gana y se pierde y cualquier cosa podrá ocurrir en esa tierra mágica de la postemporada. Pero estoy convencido que pensar en alcanzar la corona 13 no es una utopía. Nos vemos en el estadio.

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