La selección de Industriales no pudo avanzar a la segunda fase de la IV Liga Nacional de Fútbol Sala –prevista para celebrarse a partir del venidero 7 de mayo– luego de ceder ante su similar de Pinar del Río en el partido de vuelta entre ambos conjuntos, efectuado en la sala Ramón Fonst.
La escuadra vueltabajera mereció el boleto al siguiente segmento, pues tras un reñido triunfo –hace varias semanas– de dos goles por uno ante el conocido como segundo equipo de la capital, el jueves último visitaron la Fonst y tomaron la iniciativa contra los anfitriones giraldillos hasta vencerlos con marcador final de cuatro anotaciones por dos.
Con ese resultado del grupo A, los pinareños aseguraron su continuidad en el certamen y acompañarán a La Habana en una nueva llave occidental, en la cual también entrarán en acción los elencos de Cienfuegos y Matanzas, clasificados por el B.
Por cierto, La Habana no pudo salir al tabloncillo este jueves debido a problemas en la transportación que impidieron la asistencia de la formación de Artemisa, rival de turno de los habaneros en la sexta jornada.
Lamentablemente ya no resulta asombroso este tipo de desenlace indeseado que deja en entredicho la profesionalidad de quienes deberían hacer cumplir cada detalle necesario para el buen desarrollo de la lid. Un ejemplo demuestra lo “cotidiano” de estas literales incompetencias: en esta última fecha de la primera fase la misma causa imposibilitó los enfrentamientos de Cienfuegos contra Mayabeque y Las Tunas ante Sancti Spíritus.
Mientras se reanudan las acciones, corresponde a la representación de la mayor urbe de Cuba continuar los entrenamientos para mantener el elevado nivel deportivo que le permitió desandar de manera invicta por la etapa inicial de la presente Liga Nacional.
Los pupilos del director técnico Freddy Herrera, incluido el líder goleador de la justa hasta la fecha (Dayán Cotilla, 9 dianas), por desgracia tendrán que reeditar las tribulaciones de otros equipos habaneros, precisamente de la época cuando Herrera era jugador. Eran tiempos difíciles para hallar espacios y horarios en alguna instalación adecuada para la preparación del colectivo.
Hoy se repite la historia. La Ramón Fonst pronto acogerá a la esperada Liga Superior de Baloncesto (LSB) y deja poco margen para los entrenamientos del futsal, y el histórico tabloncillo de la Sala Deportiva Ramiro Valdés Daussá, con más de una razón expuesta, mantiene con rigurosidad cerradas sus puertas para el fútbol sala capitalino.
Ojalá la “solución” no sea llevarlos a entrenar sobre una superficie de concreto, donde una caída puede acarrear una rápida lesión, o una más lenta, de esas que aparecen a más largo plazo por el daño causado día tras día por una cancha no recomendada para el deporte de alto rendimiento.
Sería bueno contar con las condiciones requeridas, para evitar el deterioro físico de los atletas y el irrespeto a jugadores que lo dan todo por su camiseta azul e, incluso, por la otra, la sagrada, la tricolor.
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