La Serie Nacional de béisbol ya está inmersa en su último tercio de competencias de su fase clasificatoria, y los Industriales de la capital han llegado hasta aquí con una buena salud, ubicados entre los primeros seis equipos en la tabla de posiciones.

Luego de una primera mitad tambaleante, donde se pusieron al desnudo algunas carencias y hubo que lidiar con varias ausencias claves en su staff de lanzadores, la manada felina llenó de oxígeno sus pulmones y ha ido subiendo escaños apelando a esa garra histórica que durante tantos años la ha caracterizado.

Guillermo Carmona, junto a su cuerpo de dirección, soportó las críticas de sus parciales y fue tanteando a sus jugadores durante buena parte de la campaña, algo lógico cuando recibes en la mano un equipo renovado donde buena parte de sus jugadores no estuvieron bajo su mando en la temporada anterior.

Alineaciones que cambiaban casi a diario, peloteros que alternaban en las posiciones al campo, roles diferentes para algunos lanzadores, y otras movidas que son válidas dentro de una temporada larga, escandalizaron a algunos fanáticos y desmotivaron a otros.

Sin embargo, una vez que tuvo todas las herramientas informativas en su mano y comprobó de qué madera estaba hecha cada una de sus piezas, armó el rompecabezas que tiene un director con la mejor banca del campeonato, y han salido los buenos resultados.

Ahora podemos ver a un equipo que exhibe una fuerte ofensiva, un cuerpo de lanzadores estable donde cada cual tiene bien definidas sus funciones, y una defensa que ha ido mejorando por días, además de un grupo de jugadores sustitutos con el mayor promedio de bateo empuñando como emergente, que cada vez que le dan una oportunidad cumplen con creces la tarea.

Después de los dos duelos de este fin de semana con los Leñadores tuneros, y los tres pactados con los Huracanes de Mayabeque para la próxima semana, a la tropa capitalina le restarían 20 desafíos, todos contra equipos que están por debajo en la tabla de posiciones, 14 de ellos en su cuartel general del Latinoamericano.

La nave azul ya puede ver a lo lejos la tierra prometida. En esta recta final, los vientos parecen favorables para llegar al maravilloso mundo de la postemporada, no solo por el calendario beneficioso que tiene que vencer, como por la unidad y la alta moral que se respira ahora dentro del conjunto.

A sus parciales les digo lo mismo de siempre: confíen en la dirección. Despojado de fanatismos estériles puedo garantizarles que están haciendo lo correcto. En el deporte todo puede suceder, alcanzar una corona que otros 15 equipos también anhelan, es una hazaña en cualquier liga y para eso se necesita la unión de muchos factores que ya tendremos tiempo de analizar. Nos vemos en el estadio.

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