Luego de las dos derrotas consecutivas ante los Leñadores de Las Tunas la semana pasada, los Industriales de la capital dieron un giro en su accionar en esta Serie Nacional y lograron cinco victorias consecutivas al barrer a los Toros camagüeyanos y a las Avispas santiagueras, para regresar a la zona de clasificación.

Como habíamos pedido a los dioses beisboleros, el espíritu que durante años los ha caracterizado regresó, y se ha visto a otro equipo sobre la grama, ese que no entrega nunca banderas, que sabe remontar diferencias, y desparrama la sangre azul sobre el terreno como si cada partido fuera el último de sus vidas.

“En el último juego contra Las Tunas me les acerqué y les dije que ellos tenían que resolver este problema. Nunca hemos dejado de trabajar, pero aunque nosotros los ayudamos, los protagonistas son ellos”, dijo el director Guillermo Carmona en la conferencia de prensa después de la emocionante victoria del jueves.

“Yo pienso que el punto de giro está dado por la incorporación de algunos lanzadores que no estaban con nosotros, y el hecho de haber encontrado en Raymond Figueredo el cuarto abridor que necesitábamos”-agregó.

Lo que no dice Carmona es que la confianza que ha sabido darles a sus jugadores y su olfato refinado después de tantos años en esas funciones, les ha dado el empujón que necesitaban esos atletas para crecerse y rendir sobre la arcilla.

“Tuve muchos sentimientos encontrados cuando llegué al home y por eso lloré, en los últimos turnos al bate no había estado a la altura”, dijo Sandy Menocal después del bambinazo que dejó a los santiagueros tendidos en el césped del Latinoamericano.

“Quiero darle las gracias a mi director por permitirme estar aquí con los Industriales y por no haberme sustituido en ese turno al bate y haberme dado toda la confianza”, añadió.

Con toda la experiencia y la observación que puede desarrollar un manager que ha pasado la mayor parte de su vida en un terreno de béisbol, Carmona apostó por él y ganó, para dar una lección de instinto a sus detractores, y demostrar que las victorias también son de los directores.

“Yo salí a abrazarlo quizás un poco en contra de la ética de un director, pero eso lo hice porque cuando él fue a batear alguien me insinuó hacer un cambio, buscar tal vez un jugador de fuerza, pero no estuve de acuerdo. En ese momento dije: me parece que va a dar jonrón y lo dio, por eso salí corriendo”, confesó.

Ahora los felinos parecen haber pasado sus peores momentos de una temporada larga, y aunque aún falta camino por recorrer para llegar a la postemporada, me atrevo a decir que es solo cuestión de tiempo. Nos vemos en el estadio.

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