Para la cubana Noraivis de Las Heras la posibilidad de hacerse con una medalla en la competencia de lanzamiento del disco, categoría F64, de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, era bien difícil. De las nueve rivales que debía enfrentar, ocho tenían mejor marca personal que ella, y cinco, mejores registros durante la temporada.
Como si todo ello no fuera poco, dos de sus rivales superaban los 37 metros, mientras las dos representantes de China sobrepasaban los 43, cifras a las que la cubana, con marca personal de 32.47, jamás se había acercado. Pese a ello, la cubana salió a dar batalla.
En su primer lanzamiento Noraivis (quien alcanzó bronce en Atenas en la impulsión de la bala; y después, en Río, consiguió bronce en el disco), envío el implemento a 29.62 metros, seguido de otro de 27.22 y un fallo. Pero con ese primer envío, a la criolla le bastó para entrar entre las ocho finalistas. En su sexto y último envío la cubana alcanzó los 30.62 metros, cifra que si bien no le permitió salir del octavo puesto, si constituyó su mejor marca de la temporada.
La competencia, en la cual se lograron tres marcas de la temporada, y tres marcas personales, fue ganada por la china Juan Yao, con récord mundial de 44.73 metros, la plata la obtuvo Yue Yan, de China, con 40.48, de esa forma las asiáticas repitieron la actuación lograda cinco años atrás en Río de Janeiro, donde quedaron en idénticas posiciones.
El bronce quedó en poder de la australiana Sara Edmiston, con registro de 37.85.
A Noraivis, sin importar que no alcanzara el podio, pido un aplauso. Caer como lo hizo, dando lo mejor de sí, y en una lid donde las rivales fueron a por todas, al punto de imponerse un récord mundial, es motivo de festejo, máxime cuando se trata de atletas con limitaciones físicas, para quienes el esfuerzo es mucho más grande.
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