De historias increíbles está lleno el Olimpo deportivo por estos días de juegos múltiples. A la reunión paralímpica de Tokio asistirán más de 4 000 atletas provenientes de muchos rincones del planeta, todos protagonistas de victorias memorables en el campo de batalla de la vida, después de haber sufrido duros golpes que limitaron sus capacidades físicas.
Uno de esos héroes es la cubana Yenigladys Suárez, debutante en estas lides y campeona de los Juegos Paraparamericanos de Río de Janeiro 2016 en el Tiro Deportivo, hazaña que le permitió a Cuba subir a lo más alto del podio por primera vez en este deporte en estas citas continentales.
Suárez tenía apenas 15 años cuando siendo una prometedora atleta de la selección nacional juvenil de atletismo, sufrió un accidente en un entrenamiento con pesas que le fracturó la columna vertebral y la llevó para siempre a una silla de ruedas.
La impetuosa adolescente que antes había incursionado en la gimnasia artística no se resignó a despedirse del deporte de alto rendimiento y buscó alternativas para canalizar la inquietud y la explosividad que siempre la caracterizaron desde niña.
Hija de la velocista Eloísa Hecheverría, otrora multimedallista en Juegos regionales, tenía esa estirpe de campeones en la sangre y las herramientas necesarias para continuar por el camino a la gloria, donde las fuertes motivaciones generadas por sus semejantes le impedían morder el polvo e inclinarse derrotada ante las adversidades.
Incursionó un tiempo en el Tenis de Mesa pero no pudo encontrar allí un entrenador que supiera guiarla bien dentro de los laberintos de esa disciplina, hasta que recaló en el Tiro Deportivo, donde a pesar que pocos pudieron predecirle un futuro promisorio, encontró los tesoros que buscaba para burlar las zancadillas de la vida.
En medio de las limitaciones que atacan a este deporte, sin municiones y con pistolas viejas y prestadas, esta matancera fue aprendiendo a controlar la fogosidad que un día la hizo volar sobre las pistas, a concentrarse y controlar sus emociones para lidiar con las tensiones propias de esta disciplina, hasta que pudo ganar su boleto a Tokio y grabar su nombre en la marquesina que anuncia la gran función que nos espera por aquellas lejanas tierras.
Hace un par de meses atrás esta muchacha de 33 años se ubicó sexta en la Copa del Mundo de Paratiro de Lima en la pistola de aire a 10 metros, para conseguir la mejor posición de América y los votos necesarios para que la World Shooting Para Sport la invitara a la cita estival de la capital nipona.
Cada diana que logre allí en este duelo con la vida será una lección de vergüenza, sacrificio y éxito, para todos los seres humanos que caen vencidos de rodillas ante las adversidades y culpan al destino por sus derrotas en la batalla por lograr sus objetivos.
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Hermoso todo lo que escribieron sobre ella,es una gran persona y un ser humano muy perseverante,hasta ahora todo lo que se a propuesto lo ha logrado,es alguien sin igual,es muy muy especial,muchos éxitos en tu carrera,que todavía falta mucho,sigue a delante con tus sueños,te lo mereces todo,se te quiere un montónnnnnn FELICIDADEEEESSS