Miles de atletas con diferentes tipos de discapacidad estarán presentes en los próximos Juegos Paralímpicos de Tokio en representación de 98 países, todos con una mochila cargada de historias épicas capaces de sacudir el corazón del más frío de los mortales.
Entre ellos, una santiaguera de 29 años catalogada como débil visual profundo (T12) que no ha perdido una carrera en las pistas en esta última década, será una de las atracciones de esa cita estival. Su nombre: Omara Durand Elías.
Encargada de portar nuestra enseña nacional en el desfile de las naciones participantes el venidero 24 de agosto en el Estadio Olímpico de la capital nipona, la velocista va con la misión de reeditar su actuación en los pasados Juegos de Río de Janeiro, donde arrasó con sus rivales al coronarse campeona en 100, 200, y 400 metros planos, implantando además récords mundiales en cada una de estas disciplinas.
Este “hat-trick” le valió para llevarse el premio del “momento más destacado de la última década en Juegos Paralímpicos” y para engrosar un palmarés, donde resaltaban dos medallas de oro en la reunión de Londres 2012 y múltiples títulos en citas panamericanas y mundiales.
La varias veces nominada a los premios Laurens del deporte y reconocida entre 22 deportistas para integrar el Consejo de Atletas del Comité Paralímpico Internacional Tokio 2020, no parece tener adversarios serios sobre las pistas y en ella están cifradas las esperanzas para mantener a Cuba entre los 20 primeros países del medallero general, como lo ha hecho en las última dos ediciones de estos juegos.
A su lado, unidos por lo que bien pudiéramos llamar un “cordón umbilical”, estará el guía Yuniol Kindelán, un atleta convencional que renunció a una carrera prometedora en la vuelta al óvalo para convertirse en los “ojos” de Omara, y que mucho mérito tiene en el éxito de la imbatible velocista.
Esta dupla nacida hace seis años cuando después de la maternidad a nuestra reina de la velocidad se le agudizó su problema visual y se vio obligada a competir en otra categoría, ha logrado sincronizar a la perfección dentro y fuera de los estadios para canalizar las enseñanzas de su entrenadora Miriam Ferrer, una destacada exatleta que desde hace años se dedica a sacar “palomas de la chistera” para llevarlas a la élite mundial.
Ver además:
Damián López: El hombre que pedalea más rápido que la muerte
Lo de Omara no tiene nombre. Uno se pregunta como será posible ganar 100, 200 y 400.mts? Sin dudas una gran atleta, y formada en un entorno social como el nuestro Éxitos Omara en Tokio 2020. Confiamos en ti 100%
Estoy seguro que nuevamente esta excepcional atleta nos dará muchos alegrones en la ya muy próxima edición de Tokio 2020