Cayeron las cortinas que anuncian el final de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y la delegación cubana, la más reducida desde la versión de México 1968 con apenas 69 deportistas, superó su actuación de la pasada cita estival de Río de Janeiro.
Después de estas largas madrugadas vividas en medio de pandemias y crisis económicas, de ser testigos de momentos irrepetibles protagonizados por los atletas cubanos en aquellas lejanas tierras asiáticas, y de tantas palpitaciones excesivas nos ponemos de pie y los ovacionamos hasta reventarnos las manos, en acto agradecido por sus tremendas hazañas.

Más allá de fríos pronósticos vencidos, de análisis y resultados, de opiniones diversas y de añoranzas por tiempos pasados cuando nuestro deporte disfrutaba de mayores supremacías, hay que aplaudir a esos atletas que llevan con orgullo las cuatro letras en el pecho. A los campeones, a los que se quedaron a las puertas del podio, a los que se lesionaron antes de la competencia, y a aquellos que llegaron último a la meta.
Hay que batir palmas por todos esos mortales que se han levantado por encima de tantas dificultades y carencias individuales, para salir a buscar la gloria olímpica y el respeto de esta isla. Por esos que se entregan a entrenamientos prolongados bajo precarias condiciones y renuncian a una vida normal, alejados tanto tiempo de sus seres más queridos.
Hay que aplaudir muy fuerte a esos que lloran de vergüenza en el ruedo cuando son vencidos, y a los que llevan la bandera de una sola estrella ondeando en lo más alto de sus deseos y batallan hasta el último aliento para que nosotros, desde la distancia, saltemos eufóricos de nuestros asientos.
Aplausos prolongados para todos esos que luchan con las herramientas que tienen disponibles y nunca sacan la bandera blanca en los terrenos, a esos que levantan orgullos nacionales y nos arrancan lágrimas, y a los que se esfuerzan al máximo para conservar nuestro prestigio en el mundo.
Algunos los critican cuando quedan por debajo de las expectativas sin saber que llegaron allí corriendo en pistas áridas desde pequeños, disparando sin balas, entrenando con escasos recursos, aprendiendo técnicas de combate en suelos de cemento, o pasándose implementos deportivos individuales de mano en mano en hermandad eterna.
Por eso hay que aplaudirlos hasta reventarnos las manos, más allá de medallas y de lugares alcanzados, de vaticinios cumplidos y derrotas dolorosas. Hay que venerarlos en nuestros altares porque ellos representan la esencia de nosotros mismos, nuestro espíritu de lucha, y nuestras más puras tradiciones.
¡Gracias campeones!
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Respaldo 100% lo que dice Boris en este artículo. Hemos sido durante años exageradamente competitivos y siempre había que regresar con la medalla de oro, lo cual no es sano ni para nuestros atletas y ni nuestro pueblo. Creo que hoy no exista un cubano que no esté orgulloso de lo que hizo la delegación. Viva Cuba! y Gloria a nuestros atletas.
Y sobre todo el gran mérito que tiene nuestra actuación en Tokio es que precisamente se produce en medio de la más compleja situación económica e higieno epidemiológica que enfrenta nuestro país Decir además que cuando usted saca la proporción y eficiencia de las medallas alcanzadas por los 69 deportistas de nuestra delegación el resultado es muy por encima de todos los países y es sencillamente impresionante
Las cicunstancias son muy parecidas a Barcelona 1992 en medio de una crisis económica fue la mejor actuación de una delegación olímpica cubana
Muy alentador escrito pero me hubiera gustado que además se dijera la cantidad de medallas de oro, plata y bronce de nuestra meritoria delegación, y el lugar ocupado por Cuba en el medallero. Le habría dado un mejor grado de completamiento a la noticia. También faltó, a mi entender, valoraciones cuantitativas de algunos deportes, al menos. Las noticias tienen que aportar información, y las felicitaciones deben estar respaldadas por valoraciones interesantes. Sólo es una sugerencia.
Yo añadiría aquellos que luciendo una bandera extranjera (por sueños personales y algunos que equivocadamente tomaron el rumbo de competir por otra nación por un presupuesto), pero quieran ellos o los que aplauden por confrontalos con nuestra delegación son un producto del deporte revolucionario. Felicidades para ellos también como el caso de ejemplo de Pedro Pablo Pichardo por sólo citar un ejemplo, No hay que tener miedo decirlo
Soy la madre de Alejandro Valdés (calabaza.)primero q nada quiero agradecer a todas aquellas personas que preocuparon por llamarme e interesarse por la salud de mi hijo...gracias...pues el que lo conoce debió darse cuenta que algo inexplicable le sucedía encima del colchón en el segundo tiempo...no se rindió como piensan algunos no regaló su pelea..y mucho menos me dejó vencer...sencillamente perdió en un instante todos sus sentidos, las fuerzas, el aire ,la visión pensé q se desmayaría,quien lo conoce sabe que ese no es el luchador que el mundo ha visto, guerreo, incansable, batallador, pues no es posible que se explote como se dice en el mundo del deporte, cuando era a penas su primer combate y donde había demostrado ser superior a su contrario, siendo capaz de arriesgar hasta su propia vida, en fin fue muy duro ver a mi hijo en esas condiciones y sin poder hacer absolutamente nada,,,la disposición que tuvo de no rendirse y parar su combate es lo q hay que valorar, pues el salio muy dispuesto a buscar su triunfo como también estábamos seguros de su medalla, desgraciadamente no pudo ser , pero vivimos muy orgullosos de el porque ha demostrado siempre ser fiel a sus principios, a su deporte a su patria ,a su bandera, donde nunca defraudará la confianza que le ha brindado nuestro pueblo,, el regresará con la frente en alto y con la medalla de la dignidad q es la mas importante...me duelen esos comentarios de personas que sin saber ofenden, critican a nuestros atletas, para el conocimiento de esas personas calabaza no tiene a quien salir cobarde pues ha demostrado a través de los 26 años q lleva de carrera que es un corajudo donde ha sabido vencer muchísimas dificultades entre ellas haber sido víctima en dos ocasiones de esta pandemia que esta acabando con el mundo....gracias por la oportunidad de poder expresar mis sentimientos al respecto ya que como madre sufrí lo que nadie es capaz de imaginar solo de pensar en que podría perder a mi hijo en ese combate ,.gracias nuevamente por la oportunidad.. Tambien quisiera dejar claro que no lo justifico ,desgraciadamente perdió pero porq sus condiciones físicas no se lo permitieron ,ningún atleta quiere lucir mal en una olimpiada después de tanto tiempo de entrega y sacrificio
Nuestros respeto para usted y para su hijo Alejandro Valdés