Para nadie era un secreto, que la posta cubana de 4x400 femenina era la gran candidata a cruzar última la línea de sentencia de la final olímpica. Mucho más, tras la ausencia por lesión de Roxana Gómez, lo cual rebajaba grandemente las posibilidades de hacer un crono inferior al 3:24.o4 minutos obtenidos en semifinales. 

Foto: Roberto Morejón

Sin embargo, ello no significa que tuviese que cronometrar casi tres segundos más que en la clasificación, (3:24.04 por 3:26.92) siendo el único de los ocho países presente en la disputa de las medallas que no mejoró los tiempos de semifinales.

No estamos diciendo que marcaran récord nacional, como hicieron las cuartetas de Bélgica, séptima con 3:23.96; sexta, Países Bajos, 3:23.74; o Polonia, segunda con 3:20.53., o que hicieran su mejor marca de la temporada, como ocurrió con Gran Bretaña, quinto con 3:22.59; Canadá, cuarta, 3:21.84; Jamaica, tercer lugar, 3:21.24, o Estados unidos, ganador del oro con tiempo de 3:16.85.

Es verdad que todos los días uno no hace sus mejores tiempos, que las cubanas mostraron buen rostro en las semifinales, pero también es verdad que los otros siete finalistas, mejoraron con creces lo hecho la jornada anterior, y eso es algo que debemos aprender a hacer.

Esta vez, la cuarteta cubana dejó mucho que desear, por no decir que desilusionó a muchos, y no por entrar octava, sino por la forma cómo se les vio durante la carrera, cómo también es verdad que solo Zurian Hechavarría mejoró sus tiempos de la clasificación, entregando sexta el testigo en el primer relevo, mientras en los otros dos, el cambio fue en el último puesto. 

Foto: Roberto Morejón

Es como si de un día para otro la mayoría de las integrantes del relevo se hubiesen extenuado. Ello, sumado a los seis lesionados que tuvieron los miembros del atletismo cubano, son motivos de sobra para sentarse a revisar con calma qué se está haciendo, y actuar con urgencia sobre ello.

Claro, que nada de lo dicho empaña el hecho de que las muchachas del 4x400 lograran, pese a todas las contrariedades y falta de competencias que han enfrentado, incluirse en la final de su especialidad en Tokio 2020. Pero conseguir que resultados como ese, e incluso mejores, se repitan, dependerán, en gran medida, de descubrir qué es lo que está pasando con las lesiones y bajas repentinas que se producen en los rendimientos de nuestros atletas, en medio de una competencia. 

Foto: Roberto Morejón

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