El 24 de diciembre de 2018 es una fecha que no olvidarán fácil los aficionados al equipo Industriales. Esa tarde de domingo, los Azules salieron al terreno de juego de su Coloso del Cerro a buscar una victoria que le diera el pase a los mágicos playoff de la pelota cubana.
El éxito debía combinarse con una victoria de los Leñadores de Las Tunas a costa de los Gallos espirituanos, en los predios del José Antonio Huelga, de lo contrario la tropa dirigida por Rey Vicente Anglada quedaría fuera de la fiesta.
Ese año el “Rey” había regresado al banquillo de director después de haber alcanzado 12 temporadas antes su tercera corona al mando de los felinos y la fanaticada había puesto en él todas las esperanzas para terminar esa sequía de títulos en la que habían caído las huestes capitalinas.
La historia es más que conocida. Un equipo en estado de gracia logró ese día el triunfo ante los Cachorros holguineros para completar una hombrada de cinco éxitos consecutivos y 14 en los últimos 17 desafíos, pero Las Tunas, en una polémica estrategia de su manager Pablo Civil, alineó con parte de sus sustitutos y cayó derrotada por la mínima, cerrándole las puertas de la postemporada a los citadinos.
Dos días más tarde, en un pleito de puro trámite en el mismo Latinoamericano, Industriales jugó el último partido de la campaña y cayó ante los Gallos para despedirse de su afición hasta la próxima contienda.
Después del último out, Anglada, quien en más de una ocasión había asegurado a la prensa que solo había regresado a dirigir por un año, se fue a los sanitarios a rociarse agua en el rostro, envuelto en esa vergüenza que siempre lo caracterizó desde sus días de jugador mientras en su cabeza se golpeaban sentimientos indescifrables.
Dolido y absorto en sus pensamientos estaba cuando alguien tocó el mítico número 36 que llevaba en su espalda y lo convidó con urgencia para que saliera a ver un espectáculo sin precedentes que estaba ocurriendo en los graderíos.
Cuando Rey puso un pie en el terreno su cuerpo se estremeció. En la pizarra gigante del estadio un mensaje a todo color le pedía que continuara al mando del equipo y en las gradas la exigente masa de aficionados habaneros, en cerrada ovación, apoyaba eufórica el texto mientras lo vitoreaba a pesar de la derrota.
Los fieles agradecidos nunca olvidaron aquellas jugadas espectaculares que firmó en el pasado alrededor de la segunda almohadilla, aún saboreaban aquella gloria que él les dio al llevar a lo más alto del podio a su equipo en tres contiendas diferentes, conocían de su carácter, de su hombría, de su honestidad, y de esa motivación extra que solo los grandes directores saben imprimirle a su tropa.
El “Rey”, emocionado y tratando de ocultar la humedad en sus ojos, comprendió en ese momento que su destino estaba marcado por la fuerza del imprescindible y que estaría al frente de Industriales en la próxima Serie Nacional.
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Si se conoce la trayectoria de Rey en la vida podemos darnos cuenta que estamos en presencia de un hombre de esos que podemos llamar extraordinario y de leyendas, de esos que la vida los golpea y se levantan con más fuerza, su ángel no sólo como atleta si no como persona lo hacen un hombre de esos que no abundan y que tanto se necesitan en este mundo y en específico en nuestra socieda. Me imagino que muchos de los que no lo valoraron como hombre y persona y se equivocaron con él están ya marcados para toda su vida y lo deben sufrir cuando ven el respeto que le tienen a Rey todos los que aman el béisbol en Cuba y fuera de Cuba. El ejemplo de vida de Rey, Muñoz, Urquiola y otros muchos que hoy vemos cada día en nuestras calles con tremenda humildad merecen el infinito respeto de todos los cubanos.
Para mi el mejor director del equipo de industriales de todos los tiempo y ojala un dia regrese a dirigir
Ejemplo de atleta, en todos los ordenes, sencillez, lealtad y gran capacidad de direccion, sus resultados dentro y fuera del pais asi lo avalan, lo quisiera tener siempre en mi equipo, es un caballero hasta los contrarios lo respetan y siempre ha sido el humilde muchacho ansioso de jugar en el Latino por ser oriundo del barrio de Carraguao, y con mucho orgullo lo lleva, un abrazo para nuestro hermano.
Gracias Boris por rememorar un momento único que estoy segura Anglada no olvidará, poque es de los que sabe del amor de su gente, demostrado con creces ese dia y merecido por su ingridad como ser humano. Gracias Anglada por la gloria que nos hiciste disfrutar. La Habana te ama hermano!
Lo que pasó al quedar en la orilla solo demostró la flojera de las Tunas y de Pablo Civil al no querer enfrentar a los azules de la capital, mientras existan esas actitudes de los mánager de no enfrentar un equipo en la serie Nacional tampoco vamos a ganar en los eventos internacionales, si no prueban la fuerza de los peloteros aquí, las estrategias deben ser para desarrollar nuestro béisbol no para ganar un simple campeonato y continuar haciendo papelasos donde siempre tuvimos prestigio ( En los eventos internacionales y aquí también y eso se a perdido. ) Jugar para ganar pero siempre peleando como lo hicieron esos azules de el REY ANGLADA. Un saludo y mis respetos para todos.