Desde que tenía seis años de edad a Reemberto Barreto, como a otros miles de niños en esta isla, su familia lo llevó a un terreno de pelota. Pasó por todas las categorías defendiendo los jardines con la franela de Centro Habana hasta que la potencia de su brazo lo llevó al montículo cuando era ya un juvenil.
Fue ahí donde el muchacho llamó realmente la atención de los técnicos capitalinos, pero a pesar de tener una buena labor en las Series Provinciales lo eliminaban muy rápido de las preselecciones del equipo grande.
“Siempre soñé jugar en Series Nacionales y en Cienfuegos me abrieron las puertas. Decidí irme para allá, lo hice bien en la preselección y pude integrar el roster de los Elefantes para la serie 59”, declaró a Tribuna de la Habana.
Con una recta que puede llegar a las 90 millas por hora y un arsenal que incluye curvas, sliders, y dos tipos diferentes de cambios de velocidad, Barreto participó en 22 desafíos (6 de ellos como abridor), alcanzó cuatro victorias con igual número de reveses, dejó un promedio de efectividad de 4,68 carreras limpias por juego y liquidó por la vía del ponche a 5 rivales cada nueve entradas lanzadas, para asegurarse un puesto en la campaña 60.
En esta última, las cosas no salieron igual que antes y en 17 salidas (tres de ellas como abridor) apenas tuvo forja de 1-1, exhibió un PCL de 6,75 y whip alto de 2,10, producto de 11 boletos otorgados y 32 imparables permitidos en apenas 26,2 episodios trabajados.
Sin embargo, las autoridades deportivas de la capital decidieron que ya era el momento que el lanzador derecho regresara a casa y peleara por un puesto en el conjunto azul.
“Mis dos años de préstamo llegaron a su fin. Cuando fui a renovar la carta para continuar en Cienfuegos me dijeron que estaba en la preselección para ganarme un puesto en el equipo Industriales”, confiesa.
En estos momentos, el muchacho de 22 años ya está entrenando para lograr ese objetivo, un viejo sueño que nació por aquellos días cuando tiró las primeras pelotas en el mítico “Pontón” de la barriada de Centro Habana.
“Pienso que puedo hacer el grado para quedarme dentro del equipo. Para eso me preparo y es la mentalidad que hay que tener. Con la bendición de Dios todo saldrá bien y lograré mi objetivo”, apunta.
“Estoy trabajando con los profesores Elósegui, Valle, y Gálvez, y me están ayudando mucho en la mecánica de pitcheo y en el control de mis envíos”, añade.
Al recoger su equipaje y emprender viaje a La Habana, el joven serpentinero dejó muchos agradecimientos en la Perla del Sur, una provincia que lo acogió como un hijo y le permitió canalizar sus pasiones beisboleras en el terreno de juego.
“Le agradezco mucho a todo ese colectivo de profesores por todo lo que me enseñaron por allá y por hacer realidad uno de mis sueños. Siempre los tendré en mi corazón porque ahí dejé familia y amistades que nos da el béisbol.
Siempre me atendieron muy bien. Además de quedarme en hoteles durante el campeonato, Xiomara y Tania, dos señoras que trabajaban en el estadio, me acogieron en su casa como si fuera su hijo y les agradezco mucho por el apoyo que me dieron todo el tiempo”, nos dice.
Ahora, ya con la pesada camiseta azul cubriendo su anatomía, Barreto mira al futuro y les deja un mensaje a los aficionados que siguen a este histórico equipo, el más ganador de nuestros clásicos nacionales:
“Sigan apoyando a este equipo. Este año nosotros vamos a dejar todo en el terreno para poder verlo otra vez en lo más alto del podio que es lo que el pueblo pide hace años”
Otras informaciones:
Ojalá q siga mejorando el control y sea útil para el pasatiempo nacional. A industriales le sirve cualquiera porque es un equipo de lujo y peloteros.. Pero no tienen q estar con la misma retorica.... más ganador de nuestros clásicos nacionales: