Cuando vi lanzar a Brayan Chi en el tercer duelo entre Industriales y Camagüey en los Playoffs semifinales de la Serie Nacional número 59 quedé impresionado. Una multitud frenética inundaba los graderíos del estadio Latinoamericano a pesar que los “Toros de la llanura” habían vencido a los capitalinos en los dos primeros desafíos y el jovencito de apenas 20 años se encaramó en el montículo con una calma impresionante a dar lecciones de picheo.
«Soy una persona muy calmada, me gusta mucho disfrutar el momento. Creo que esa calma en el juego la he aprendido y puesto en práctica durante toda mi carrera deportiva ya que soy muy observador. Siempre me pongo a analizar las cosas que hacen los grandes deportistas en varios momentos de la vida y creo que eso me ha ayudado mucho a tener estos buenos resultados», declara a Tribuna de La Habana.
Convertido en el primer lanzador del staff de los azules, Brayan ha tenido un progreso impresionante con la incorporación de un cambio de bola letal a un repertorio donde una recta que llegó a viajar a 95 millas por hora en esta última postemporada, se apoya en su control fino para dominar contrarios.
«He desarrollado tanto mi cambio de bola que es un lance que siempre tengo listo en cualquier situación durante el juego. Le tengo gran confianza a este lanzamiento ya que me ha ayudado a salir adelante», confiesa.
«Estoy trabajando mucho para sostener la velocidad en los envíos. Los técnicos dicen que tengo dos o tres millas escondidas que se basan en mi mecánica de picheo, creo que si logro una mejor mecánica puedo alcanzar lo que quiero», agrega.
Chi es un producto de las mezclas de razas que han existido en Cuba desde hace varios siglos. Su bisabuelo emigró un día desde la lejana China, plantó bandera en este lado del mundo, y sus descendientes se fundieron con mulatas criollas para tatuar en la sangre de nuestro lanzador estrella la inteligencia y parsimonia asiáticas con el arrojo y el coraje de los caribeños.
El “Bolito”, como lo llaman sus amigos más cercanos, entró por primera vez a un terreno de pelota cuando tenía seis años y en la categoría de cadetes comenzó a lanzar por primera vez. En su último año de juvenil integró la selección nacional y aquello fue una vitrina para demostrar sus dotes.
Admirando a bateadores como Frederich Cepeda y a serpentineros de la talla de Freddy Asiel Álvarez y Norge Luis Vera, continuó su vertiginosa carrera deportiva durante tres temporadas en los campeonatos nacionales para menores de 23 años, hasta que llegó a Industriales.
«Desde niño siempre quise jugar en industriales ya que es el equipo más ganador en nuestro país. Llegar a ser el primer lanzador de un equipo con tanta historia ha sido el resultado de todo el esfuerzo y sacrificio que he hecho durante estos años. Es un orgullo muy grande para mí», nos dice.
Durante tres campañas anteriores solo archivaba ocho triunfos, pero su promedio de ponches de 6.59 cada nueve entradas y un average de contrarios de 258 a pesar de su juventud, eran destellos que anunciaban un salto de calidad que lo llevó al equipo Cuba.
En esta temporada una lesión lo alejó un tiempo del box y apenas pudo estar presente en 11 partidos, un duro golpe para los aficionados que tuvieron que esperar a las últimas jornadas para ver cómo su equipo vencía múltiples vicisitudes para lograr la clasificación. En 52 episodios lanzados dejó un promedio de carreras limpias de solo 2.94 y sus rivales apenas pudieron conectarle para 237 Ave, en medio de una de las contiendas más ofensivas.
«Aquello fue un mal gesto que tuve al lanzar. La lesión es muy común, fue por falta de fuerza y capacidad en la zona afectada», explica.
Sin embargo Chi logró regresar a tiempo y regaló dos excelentes partidos de Playoffs frente a los Alazanes de Granma, aunque no pudo evitar la derrota de su aguerrida tropa.
«Después del partido de pelota nos felicitamos y nos agradecimos todos por la temporada que tuvimos. Es muy digno de admirar lo que hicimos, fuimos el primer equipo afectado por la pandemia y nada de eso nos chocó, supimos jugar con nuestra reserva y salir adelante y lograr la clasificación. Creo que eso lo hacen solo los equipos grandes y nos merecemos respeto por llegar hasta allí a pesar de las dificultades y todas las lesiones que sufrimos», declara.
Ahora el as de la rotación se mantiene entrenando junto al taponero Andy Rodríguez haciendo un poco de trabajo de fuerza y “soltando el brazo” para mantenerse en buena forma deportiva. Andy partirá en cualquier momento a cumplir con su contrato profesional en la tierra del sol naciente, pero Brayan aún espera por su oportunidad.
«Muchos me preguntan porque aún no he firmado un contrato profesional. Estoy esperando pacientemente a que me llegue alguno para así poder demostrar mi talento en otras tierras y poder disfrutar de una bonita experiencia», se limita a decir.
Mientras tanto, ese muchacho tranquilo que gusta de escuchar música en sus ratos libres, navegar por la redes sociales como todo joven de estos tiempos, y disfrutar de su familia en el poco tiempo que le deja libre este deporte; se siente listo para ayudar a cualquier equipo que lo solicite de refuerzo para las semifinales y para volver a ser parte del equipo Cuba.
«Siempre estoy preparado para todo. Integrar nuevamente el equipo nacional es una meta que siempre tengo en mi mente y voy a dar todo de mí para poder hacerlo. Me siento preparado también para ser parte de otro equipo como refuerzo. Soy una persona que se adapta rápido a cualquier sistema y espero que me escojan para poder ayudar en todo lo necesario», asegura.
«Quiero darle las gracias a toda la afición de la capital por estar con nosotros en las buenas y en las malas, que nos sigan queriendo que cada vez que salgamos al terreno. Siempre vamos a hacer lo posible porque se sientan orgullosos de nosotros», concluye diciendo.
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Excelente lanzador, fruto del trabajo de toda una vida con la ayuda de su mamá y abuelos Felicidades Brayan por tus resultados
felicidades Brayan, que te vaya muy bien siempre, en la próxima serie, sin lesiones, si te contratan, donde sea, que te vaya bien, los seguidores sabemos que lo vas a hacer muy bien sea donde sea, salud, cosas buenas para ti y el resto del equipo me gustó que ustedes se felicitaran entre sí, así se hace, es un buen comienzo para otra temporada
Claro que todos merecen respeto. El playoff con Granma fue muy cerrado, fueron duelos de picheo donde el staff de los azules se portó a gran altura. Si para los próximos años se trabaja con ese picheo jóven y se corrijen las deficiencias en el resto de las áreas, se puede contar con un equipo muy competitivo. Aunque realmente esperaba la victoria después de ese cuarto juego, que parecia que la ofensiva se había reencontrado, no estoy disgustado con el trabajo del equipo, sobretodo por todos los obstaculos que tuvo que batir para lograr la clasificación.
La mejor de las suertes. ¡Campeón!
Realmente que imprecionó, este jóven en el monticulo de Industriales, y su mejor resultado, está en su control. Pues como él dice es una persona con un carácter pasivo. Felicidades, muchacho, tienes un gran futuro.