Alguien dijo una vez que “La vida no se trata de esperar a que se acabe la tormenta, sino aprender a bailar bajo la lluvia”, frase que podemos aplicar a la situación que vive ahora mismo el equipo de Industriales, golpeado una y otra vez por las adversidades.
La noticia del contagio por coronavirus de cinco de sus peloteros, el confinamiento urgente del resto del equipo, y la suspensión de sus partidos pactados para la semana; arrecia el feroz vendaval que les ha caído encima desde el mismo comienzo del campeonato.
Cualquiera pensaría que un equipo que ha tenido que lidiar con múltiples lesiones donde la mayoría de sus regulares han estado fuera en algún momento de la temporada, no puede soportar más golpes violentos como estos cuando apenas le restan doce partidos para finalizar la etapa clasificatoria. Sin embargo, aunque suene petulante en los oídos de sus rivales, no estamos hablando de un equipo cualquiera.
Industriales es el equipo más ganador de nuestros clásicos nacionales, con una vasta historia donde pululan las grandes hazañas, las victorias épicas, y los héroes de multitudes. Un pelotero de este equipo, en cualquier época y bajo cualquier circunstancia, lleva estas crónicas tatuadas en sangre y se alimenta de las glorias de sus antepasados antes de salir al terreno de juego. Cualquier jugador regular o de banca ha recibido en vena desde que sintió curiosidad por este maravillo juego, muchos litros de orgullo, de capacidad de resistencia, de actitud, y de vergüenza deportiva, muchas veces sin percatarse de ello.
El manager Guillermo Carmona está consciente que las grandes tormentas que lo atacan no van a aplacarse antes que termine la fase regular y sabe que sus hombres tendrán que “bailar bajo la lluvia” para obtener el boleto al extraordinario mundo de la post-temporada. No son frases huecas cuando asegura, aún con cinco hombres contagiados por este maldito virus, que va a cumplir el compromiso de llevar a los azules a los play off.
Los aficionados deberían confiar más. Los felinos, a pesar de no haber conseguido ninguna corona en la última década, siempre han batallado hasta el último minuto de competencia y ahora no será la excepción. Una vez más se ha puesto a prueba la valía de este conjunto histórico mientras los dioses beisboleros se divierten en su Olimpo, apuestan entre ellos, y se asombran ante la capacidad de reacción de estos mortales que lo dan todo sobre la grama de los estadios.
Algunos fieles ya han entregado banderas, otros suspiran ante la demostración de fuerza de otros equipos contendientes mientras sus esperanzas descienden al nivel de los tobillos; pero hay muchos que se mantienen expectantes y optimistas bajo la lluvia sin importarles el hombre que tenga que empuñar el madero ni el que se suba encima del montículo. Ahora no valen numeritos ni estadísticas, son otras cosas las que empujan. Nos vemos en la post-temporada.
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Guillermo Carmona: “Nosotros hicimos un compromiso y lo vamos a cumplir”
Y porque tanto misterio con los nombres de los atletas contagiados
todo esto nos ha pasado por los pesimos tecnicos q tenemos dirigiendo al equipo prestigio temple valor y fe inamovible en el.triunfo liguero es lo q necesita tener el mentor . ese no es carmona.
No hay tormenta infinita, un abrazo a todos