El término Quid pro quo es una expresión latina que se traduce, literalmente, como algo por algo y se utiliza para describir una transacción en la que ambas partes se benefician mutuamente.  En otras palabras, implica un intercambio equitativo en el que las partes obtienen algo de valor. Esta expresión se ha vuelto muy común en el lenguaje cotidiano y se utiliza en diferentes contextos, desde el ámbito laboral hasta el político.

El origen de esta expresión se remonta a la antigua Roma, donde se utilizaba en el ámbito legal para referirse a un acuerdo en el que una persona recibía una compensación a cambio de realizar un servicio o entregar algo de valor.  En ese entonces, el Quid pro quo era una práctica común en el sistema legal romano y se consideraba una forma justa de resolver disputas y conflictos.

Con el paso del tiempo, la expresión se ha extendido a otros ámbitos de la vida, como los negocios y la política.  En el mundo empresarial, por ejemplo, se utiliza para describir acuerdos en los que una empresa ofrece algo a cambio de obtener algo de otra empresa. Este tipo de intercambio es común en las fusiones y adquisiciones, donde una empresa adquiere otra a cambio de una compensación económica. Si bien el Quid pro quo puede ser beneficioso en muchas situaciones, es importante que se realice de manera transparente y ética.

Otras informaciones:

Debe evitarse el desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina