Esta preeminencia se advierte en los vocablos que, teniendo una terminación propia del femenino, designan a individuos de ambos sexos: feméninos genéricos. Ejemplos: en el deporte tenemos sustantivos como futbolista, gimnasta, tenista, judoca, karateca, maratonista, basquetbolista, ciclista, automovilista,
ajedrecista, golfista, surfista y otros, que designan tanto a los hombres como a las mujeres que practican estos deportes. Sus correspondientes masculinos no existen, y requieren del artículo para formarse.
En la música: guitarrista, violinista, baterista, bajista, violonchelista, trompetista, saxofonista, tecladista, vocalista, sonidista, y un largo etcétera.
En el caso de la política: anarquista, comunista, socialista, capitalista, demócrata, utopista, peronista, fascista…
En el ámbito de las letras encontramos: novelista, cuentista, ensayista, periodista, columnista, editorialista, reseñista…
En medicina, junto a términos desdoblados como doctor / doctora o médico / médica, encontramos también una mayoría de femeninos genéricos, como anestesista, dentista, oculista, ortopedista, psiquiatra, psicoanalista, obstetra y pediatra, que carecen, como los anteriores, de su contraparte masculino.